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jueves, 7 de diciembre de 2017

Apelo al sevillismo.

Esta reflexión va desde el respeto y aprecio que le tengo a usted como sevillista por todo lo que he disfrutado bajo sus años de presidente.

“Apelo a tu sevillismo, que yo sé que eres sevillista, hijo y padre de sevillistas”. Espero que recuerdes estas palabras que usted pronunció a Miguel López Benjumea en la Asamblea celebrada en mayo del 97, para pedirle que se marchara de la entidad y liberalizara al Sevilla FC de la opresión que sufría bajo el mandato de De Caldas.

Dos décadas después hago mía aquella frase con intenciones diferentes, no pretendo que desaparezcas de la vida societaria de la entidad porque eres parte importante y necesaria por el gran número de acciones que posees pero tengo claro que no es el momento de volver a ocupar el cargo de Presidente del Sevilla FC. Soy consciente y entiendo  que las leyes que rigen una Sociedad Anónima dan el poder en función del capital que se controle y atendiendo a esta disposición nunca me  permitirá poder decidir sobre el funcionamiento interno del club. Sin embargo, quiero expresar mi opinión en este mi rinconcito. 


Cuando era niño y me inculcaron el amor a estos colores no existían los conceptos de acciones, capital, sociedad y otros muchos que solo han conseguido devaluar, desde mi punto de vista, el fútbol nacional. Nosotros crecimos con unos valores que el paso del tiempo y las nuevas reglas se han encargado de borrar. En Nervión la unión de todos los factores que convivían alrededor de un balón se traducía en una jornada de diversión, esparcimiento y convivencia con los amigos o la propia familia en torno a unos colores y un escudo donde todo confluía.



En los momentos actuales el estadio que  nuestros antepasados construyeron con sudor y sacrificio con el único fin de dirimir contiendas deportivas, se ha convertido en un recinto donde en la zona cercana al palco predomina la disgregación y enemistad. No podemos ni debemos reducir a cenizas los recuerdos del pasado convirtiendo nuestro santuario en un lugar de guerras de guerrillas. El club es un filón económico donde se mueve mucho dinero y se puede pasar de vivir para el Sevilla FC a vivir del Sevilla FC. El sentimiento puede quedar solapado por otros intereses.



Recordando un episodio célebre de nuestra historia y no quedándome con el simple “písalo”. Observo, por muchos motivos, que estamos olvidando el principal mensaje que intentaba transmitir aquel técnico argentino hace aproximadamente cinco lustro en una fría noche de febrero en tierras gallegas donde, para él, lo primero era lo colorado y después lo colorado. Por encima de las situaciones que nos tocan vivir y de las dificultades presentadas, lo prioritario es defender lo nuestro, no tiene sentido que nosotros mismos los de colorados tiremos por tierra el esfuerzo y las cosas bien hechas durante años.



Volviendo al principio, apelando al sevillismo que profesas y en función del puesto que ocupa  en la Sociedad Anónima Deportiva Sevilla FC, es usted, la persona que debe solucionar, por su responsabilidad, todas las luchas internas que tienen lugar en nuestro campo, devolviendo la estabilidad a una Sociedad que hizo grande consiguiendo seis títulos y no volver a precipitarnos a un pasado reciente no muy lejano donde la desestabilización del club acabó con un equipo histórico en segunda división.



Como sevillista le pido a usted, lo mismo, que le pedías a Miguel López Benjumea, aquel 15 de mayo de 1997, no olvides  la historia pasada del Sevilla FC, ni la suya propia, la cual, no comienza en el año 2002 y está salpicada por momentos buenos y malos, año 1995, que todos unidos conseguimos salvar. Debemos eliminar todo  acto de autoritarismos y prepotencia, recuperando primero el asiento de socio y con el tiempo si es necesario y seguro que llegará retomar el poder como sucedió hace quince años. Por lo tanto, este no es el momento de volver al trono, observando la realidad de una grada que en su mayoría no quiere su vuelta o la de los suyos y la situación actual demanda tranquilizar las aguas y no revolverlas para conseguir los objetivos a corto plazo.









miércoles, 5 de julio de 2017

"El sevillismo por bandera".

Los tiempos cambian y aquellas tertulias a la sombra del Ramón Sánchez Pizjuán de los años 90 han emigrado a las redes sociales, las cuales, se han convertido en la tribuna donde los aficionados a este deporte llamado fútbol dilucidan las principales batallas dialécticas. Es el foro, en el cual, cada persona expresa su opinión y cree llevar la razón. Personalmente, soy más de leer y meditar que de dar respuestas rápidas, mi opinión la guardo y prefiero expresarla de forma justificada en este mi rinconcito, porque en 140 caracteres es muy difícil concretar un mensaje proporcionando la información necesaria para justificar cualquier tema de disputa. El inconveniente es que la mayoría de los usuarios de esta nueva realidad suelen ser gente jóvenes que no han vivido otras épocas anteriores con contextos muy distintos.

Si nos damos un paseo por esta grada virtual del rejuvenecido Nervión nos encontramos con un debate abierto entre salir por la Puerta Grande o la Puerta  Falsa en función del sentimiento que desprende o posee hacia un escudo. Dentro del sevillismo gusta últimamente de clasificar a los profesionales que abandonan nuestra casa en uno u otro grupo. Cada círculo tiene sus capitanes, en el de los buenos, tenemos como ejemplo a Monchi, Rakitic, Iborra, Coke, Bacca y algunos más que tienen la suerte de abandonar el Sevilla por tener un mejor contrato y de forma voluntaria dejan un club que le demostró su cariño y les pagó muy bien, además, de tener un acuerdo en vigor, por lo tanto, ellos decidieron dejar su casa para ganar plata aunque eso significaba en su momento perder el calor de una afición que en muchos casos los idolatró. Por contra, en el de los malos, su máximo exponente tiene un nombre claro en la actualidad Vitolo que en estos momentos ha desbancado de la primera posición de la clasificación a Sergio Ramos. Ellos son los que se van por dinero, por mejorar en lo deportivo por asegurarse su futuro sin pensar en la entidad que dejan colgada, en definitiva, actúan igual que los anteriores pero no saben vender su retirada y el seguidor los manda a galera.

Para mí, no hay distinción nos abandonan por los mismo factores y motivos. Yo por mi edad conocí un futbolista que llevaba el sevillismo por bandera que siendo el mejor jugador en su posición de España decidió quedarse en su tierra y vivir su sentimiento aferrado a un escudo que llevó en el pecho, muy cerca del corazón, hasta el día que el club dejó de contar con sus servicios, enarboló y agarró la bandera de su equipo en el complicado verano del 95 y dio con la puerta en las narices a todo un Real Madrid para seguir junto a los suyos. Sin embargo, en su adiós salió por la puerta falsa sin nadie esperándolo para darle las gracias por todo, pero el merecía volver para resarcirse de su etapa de futbolista y regresó de técnico. Ascendió dos veces al filial de tercera a segunda, tuvo la grandeza de dar un paso hacia delante cuando Juande se marchó, nos clasificó tercero en la liga, ganó a domicilio a Madrid y Barcelona, fue el primero en vencer una eliminatoria a Pep Guardiola y alcanzó una final de la Copa del Rey. Sin embargo después de sus logros se fue de nuevo por la Puerta Falsa, porque los suyos no fueron capaces de protegerlo de sus verdugos. 

Por lo tanto, me considero un presidente muy exigente y mi Puerta Grande es para sevillistas como Manolo Jiménez que no dejó su Club por ningún motivo y le negaron dos veces. Ahí está mi listón, no en darse golpes en el pecho o vender bien su marcha en la prensa o las redes sociales.

martes, 30 de mayo de 2017

Sampaoli un mal gestor de minutos.

Desde el final de la liga los medios de comunicación han publicado numerosos análisis estadísticos para analizar la temporada del Sevilla FC. Sin embargo, nunca he encontrado el más esclarecedor que justifica la debacle del equipo en la segunda vuelta. A nadie se le ha ocurrido estudiar el porcentaje de minutos jugado pos cada futbolista hasta la jornada 25 y desde esta a la conclusión de la liga. Si hacemos recuento podemos encontrarnos con la clave de conseguir 42 puntos en la primera vuelta y 30 en la segunda.

Aporto un gráfico donde se muestra el dato que anteriormente expongo.
Jugador
Minutos Jornada 1-25
Minutos Jornada 26-38
Rico
2070
1080
Sirigu
180
0
Soria
0
90
Rami
1516
270
Lenglet
353
1004
Carriço
274
180
Pareja
1407
758
Escudero
1381
900
Mariano
1777
866
Mercado
1607
579
N´Zonzi
1958
1109
Iborra
894
574
Kranevitter
672
611
Montoya
12
97
Nasri
1511
231
Vázquez
1637
455
Sarabia
1226
905
Ganso
266
219
Kronh-Dehli
0
172
Vitolo
1716
617
Correa
414
625
Ben Yedder
1223
445
Jovetic
517
686
Kiyotake
285
0
Kolo
328
0
Esta imagen nos muestra que a partir de la jornada 25 jugadores importantes, encargados de llevar el peso del juego desaparecen en un porcentaje superior al 20% de minutos jugados con respecto al primer bloque de partidos. Entre ellos destacan: Rami con un 44%, Mercado un 22%, Nasri un 47%, Vázquez un 34%, Vitolo un 23%, Vietto un 51% y Ben Yedder un 16%. Por el contrario comienzan a ganar minutos futbolistas que no han tenido protagonismo en la primera fase de la temporada: Lenglet juega el 86% de minutos, Kranevitter aumenta en un 22%, Sarabia otro 22%, Correa un 34%, Jovetic juega un  20% más que Ben Yedder.

Pasamos de un once tipo formado por: Rico, Mariano, Mercado, Pareja, Rami, Escudero, N´Zonzi, Nasri, Vázquez, Vitolo y Vietto/Ben Yedder. A otro compuesto por: Rico, Mariano, Pareja, Lenglet, Escudero, Kranevitter, N´Zonzi, Vitolo, Sarabia, Correa y Jovetic.

Estudiando ciertos aspectos nos damos cuenta que los jugadores que repiten en los dos onces la mayoría fuerzan en muchos partidos debido al bajón físico. N´Zonzi no puede aguantar sólo el mediocampo y busca un apoyo en Kranevitter perdiendo posesión de balón al desaparecer Nasri. Además, muchos partidos lo iniciamos si un delantero jugando Correa en punta. En la primera vuelta cuando jugó con dos puntas obtuvo buenos resultados, sin embargo, este esquema táctico no fue utilizado apenas en la segunda. Además, no hay mucha diferencia entre los minutos disputado por Vietto y Jovetic y los goles marcados, ambos consiguieron seis goles. Aunque lo peor fue la falta de confianza en Ben Yedder que lo acabó notando en su fútbol, pienso que pudo ser más aprovechable jugando junto a Jovetic.

Por lo tanto, podemos concluir que Sampaoli fue un mal gestor de de la plantilla, no fue capaz de rotar en los primeros partidos y acabó pagándolo en el último tercio de la temporada. Perdimos a Mercado, Rami, Nasri, Vázquez y Vitolo en los momentos claves y tuvimos que tirar de Lenglet, Correa, Sarabia y Kranevitter buenos complementos pero no primeros espadas. No hay que dar más vuelta siempre hay titulares y suplentes y cuando los segundos superan  a los primeros hay más posibilidades de perder.

domingo, 7 de mayo de 2017

La parábola del buen sevillista.

«Jugaba un equipo de Sevilla en el barrio de Nervión, y estando en plena competición donde todo era ilusión, la historia cambió, las victorias se convirtieron en derrotas y comenzaron a golpearles  desde distintos sectores quedando en una difícil situación, entonces, en ese momento de necesidad. Casualmente, merodeaba por aquel entorno un director deportivo que, al verlo, dio un rodeo y se marchó sin pensar si era el momento adecuado de abandonar la nave. De igual modo, un entrenador que era dueño del banquillo se descentró oyendo los cantos de sirenas que provenían de su tierra y cambio el discurso del "no escucho y sigo" por otro donde nada le importó lo que se jugaba en el Sánchez Pizjuán. Pero entonces apareció ese desconocido que no falla nunca ocupando siempre su asiento en la vieja grada y llegando junto a él, y al verlo tuvo compasión; y, acercándose, vendó sus cortes, derramando en ellos ese ungüento que siempre ha llevado y ha curado heridas difíciles de sanar en tiempos pasados; y montándolo sobre sus espaldas, lo llevó a la posada y cuidó de él. Al día siguiente, sacando parte de su sentimiento sevillista, se los dio al posadero y le dijo: "Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva." ¿Quién de estos tres te parece que fue el verdadero sevillista

El doctor dijo: «El que practicó y demostró su amor a un escudo sin recibir dinero a cambio y no lo dejo tirado en el camino.»

Díjole: «Vete y haz tú lo mismo.»

Hoy quiero ser claro con estas líneas que escribo desde el desencanto, no entiendo como se ha dejado torcer una temporada que pintaba muy bien. Un grupo tiene la necesidad siempre de un líder que no debe flaquear, que sea capaz de poner firme a aquellas personas que pierden el rumbo dejando de pensar en el proyecto para soñar con retos nuevos cuando todavía no se ha culminado el actual. No es conveniente mirar al futuro sin finiquitar el presente. El problema surge cuando el profesional encargado de llamar al orden a su subordinado está pasando por la misma situación, y además,  vive en la incertidumbre de encontrar la forma de decir adiós sin perder su estatus y seguir siendo aquel que se parte el pecho por su escudo. Tus lágrimas te delataron al finalizar el partido de Leicester sabías que te metías en una situación farragosa, aunque, la salida ha sido perfecta porque cuentas con buena prensa y ese problema lo tenías solventado.

El momento de la marcha no ha sido el más adecuado, te pasó igual que a Juande Ramos cuando te dieron un ultimátum ahora o nunca porque hay que preparar una temporada y planificarla y esos pasos no se pueden iniciar a final de mayo. Cuando en junio del año pasado decidiste que esta temporada seguirías siendo mi director deportivo, como profesional tenías la obligación de acabar la campaña, sino lo tuviste fácil tu libertad eran 5 millones. Los jugadores no son ajenos y se ven afectados por las circunstancias que los envuelven y desde los rumores de tu marcha a la Roma y la salida de Sampaoli no hemos dado pié con bola, pero además saliste al campo a despedirte en olor de multitud y esa ha sido la última equivocación porque en ese momento después del ridículo de Barcelona, que lo viví en aquella grada del Nou Camp, no era lo mejor.

En este blog te he aplaudido, no dudes de mi respeto como el gran profesional que has sido en el Sevilla FC y reconozco tu gran valía pero mi miedo se ha hecho realidad y no has sabido decir adiós porque un día te dije desde este lugar que la dualidad no era buena compañera de viaje y siendo un profesional no podías hablar como un aficionado, el tiempo me ha dado la razón y me duele pero tú has querido escribir de esta forma el último capítulo de tu trayectoria en la entidad como trabajador. Por lo tanto, te considero responsable de este final de temporada al igual que el entrenador y te llamo al orden aunque el periodismo sevillano siga teniendo la pluma guardada para contar ciertas cosas y callar parte de la verdadera crítica.

Del otro culpable me da igual porque tengo claro que ni es ni será nunca sevillista por lo tanto ya le he dicho bastante en el inicio del artículo.

Por lo tanto, yo me quedo con el verdadero sevillista el que se sienta a mi lado en la grada de Nervión, ese que nunca falla y cuando ha vuelto la unión nos ha servido para salvar una temporada que pintaba mal. Como buen aficionado al carnaval te recuerdo un episodio y espero haber llegado con mi daga a tu corazón igual que Tino Tovar alcanzó el de Martínez Ares en el 2010 con Volver a Empezar.






sábado, 22 de abril de 2017

De Francisco a Ganso.

Han pasado más de tres década, era principio de los años ochenta, cuando un joven de Osuna, criado en la carretera de Utrera hacía correr el balón por el tapete de Nervión a una gran velocidad. Sin embargo, el futbolista no tenía como principal virtud la rapidez en sus desplazamientos. Fue Manolo Cardo el encargado de dar la confianza a aquel pelotero capaz de mover un equipo desde el círculo central. Es fácil echar la mirada hacia detrás y recordar aquellas tardes de fútbol en el Sanchéz Pizjuán donde un canterano con el número seis a la espalda controlaba el tiempo del partido sin necesidad de pegar una carrera  innecesaria para ganarse el aplauso o respeto de la grada. El sevillismo disfrutaba de la joya pulida en la Cisneros Palacios y alardeaba de su calidad. Sus pases milimétricos contribuyeron al primer éxito nacional que recuerdo la Eurocopa de Francia 84.

Sin embargo, todo cambia en la vida, un día eres rey y otro villano. Aquellas virtudes se convirtieron en defectos y la luz se convirtió en oscuridad. El mejor director de orquesta pasó a ser un simple músico, dejando de lado su papel principal para coger uno secundario. Sus partituras ya no tenían la melodía fina de tardes pasadas. Diferentes sectores comenzaron una campaña de desprestigio donde se exponía que ralentizaba los movimientos del equipo, los técnico empezaban a no contar con el futbolista y ocupó de forma asidua un puesto en la grada, iniciando, posteriormente, un destierro que lo llevó a tierras catalanas, donde de nuevo adquirió el protagonismo que merecía volviendo a brillar en el firmamento del balompié patrio. 

Estos recuerdos vienen a mi mente porque al finalizar el  partido de Champions League frente al Dinamo de Zagreb pensé que después de treinta años recuperábamos un tipo de futbolista parecido al protagonista del principio D. Francisco López Alfaro. Soñaba con volver a ver cómo el balón podía ir de un lugar a otro del terreno de juego sin necesidad de tocar y tocar o por un patadón sin sentido. Aunque pronto mi ilusión se tornó en desilusión, por el esfuerzo, principalmente, de un sector de la prensa que disfruta con el fracaso y la poca confianza de un técnico que al final parece no haber sido justo con el brasileño. Se inició una cruzada hacia una persona que ha cometido errores pero merecedor de una oportunidad. Son pocos los que han esperado a Ganso, mucho se ha escrito y hablado sobre su ritmo que no daba para jugar en primera pero poco se ha comentado sobre un entrenador que lo ha tenido olvidado.

Hoy, el sevillismo se quedará con el buen hacer de Ganso en la noche de ayer, resaltando sus pases, visión de juego y goles pero pocos serán los que piensen que nos hemos perdido el fútbol del brasileño por un capricho del amateurismo, cuando el equipo necesitaba un cambio. El futbolista ha ocupado un lugar en la grada viendo como Nasri dilapidaba todo lo ganado por su buen hacer en la primera mitad de la liga. En definitiva, al fútbol se puede jugar andando pero con la calidad de Francisco y Ganso que hacen correr el balón.

domingo, 5 de marzo de 2017

"No escucho. Sigo".

Esta expresión tan sencilla resume la filosofía de un entrenador defensor del amateurismo en un campo tan profesional como es el fútbol actual, donde los únicos aficionados, desde mi punto de vista, somos aquellos que partido a partido llenamos las gradas del Sánchez Pizjuán y soñamos con conseguir la ansiada victoria para permanecer en la punta de la tabla. Para el jornalero de este deporte, convertido en un circo mediático, es complicado aislarse y no oír las reseñas que llegan desde todos los lugares a este barrio de Nervión en forma de alabanzas y elogios. Esta reflexión y  la forma de entender este deporte por parte de Sampaoli me llena de satisfacción, para un amateur, lo esencial es lo que sucede dentro del terreno de juego, en su entorno no hay nada que lo distraiga porque para estos jugadores fuera del campo es un mundo vacío, la semana pasa inadvertida solo existe el día del partido.

Vivir el momento, disfrutar y soñar está permitido pero no podemos caer en el error de cambiar la línea trazada, es la ocasión perfecta de consolidar la base de nuestro éxito. Detrás de cada gesto, de cada salto en el banquillo se esconde un hombre tímido, humilde y sencillo que prefiere un chándal antes que un traje. Un técnico de cabeza agachada que no levanta la mirada delante de los periodistas en la sala de prensa pero se transforma en el césped, modifica su personalidad se convierte en una persona segura que mira a la cara a sus jugadores y es capaz de llegar al futbolista difundiendo un mensaje de luchar hasta el final, lo hace creer en sus posibilidades y le transmite que la derrota pertenece a los que se rinden nunca a los que confían en sus capacidades hasta el último minuto.

Por lo tanto, yo espero que continúe con su mensaje y no caiga en el error de  olvidar y silenciar su predicación, esa que ha convertido a tantos escépticos a su religión. A esta altura de la temporada no le está permitido romper con su amateurismo para escuchar los cantos de sirenas que vienen desde tierras catalanas, Ahora debe poner en ejercicio el postulado principal de su teoría futbolística, es la oportunidad de llevar a la práctica su evangelio y "no escuchar y seguir". No puede dar pié a los periodistas para que continúen preguntando por su futuro como entrenador del FC. Barcelona. El sevillismo no merece que arrincone sus principios, necesita escuchar de su voz que únicamente atiende a lo deportivo  y todo lo demás le sobra.



 

lunes, 27 de febrero de 2017

Diez años, una década de superioridad.

La capital Hispalense ha vivido este fin de semana, el partido de la máxima, ese que los sevillistas con la boca chica decimos que ya ha perdido el interés, porque en el barrio de Heliópolis no se juega la misma liga que en la otra parte de la ciudad, que para ellos es el partido más transcendental de la temporada y para nosotros otro más. Sin embargo, para mí estas premisas no tienen valor, de niño me inculcaron que estos duelos se disputaban a muerte y cuanto mayor sea el botín logrado mejor, que al guerrero contrario no se le podían dar ventajas y que el Rey San Fernando no debía pedir clemencia frente a las huestes de las trece barras. El Sevilla FC, en estos momentos, es Goliat y hay que luchar contra la historia para no permitir que David vuelva a vencer, derrotando al gigante del balompié sevillano.

Hoy, en los bares, en los trabajos y en las tertulias de amigos, no hay discusión posible, la superioridad existente entre las dos entidades eclipsa cualquier conato de intentar suavizar la derrota apoyándose en un error arbitral. El beticismo con su silencio claudicó de nuevo, lo malo no es ser inferior sino asumirlo y en el Benito Villamarín lo han aceptado, esto es lo más duro para los parroquianos del lugar. El Sevilla FC en los momentos de penuria nunca se creyó un secundario y en la debilidad jamás fue sometido, Caparros era capaz de motivar a los suyos, superar las adversidades y salir triunfante en la mayoría de los encuentros, llegando a minimizar la distancia existente. Posteriormente, con Juande se inició este periodo de dominación total.

Mañana, es martes, 28 de febrero y hace una década de la  vuelta de la eliminatoria de Copa del Rey, han pasado diez año desde aquel 2007, cuando el campeón de la UEFA visitaba el Ruiz de Lopera y en ese preciso instante comenzó la leyenda. Esa fue la primera vez que yo vi la cara de miedo en el aficionado bético, bastaba con mirarlo para tener la certeza que esa disputa caería del lado rojo. Puede que para muchos ese encuentro sea el del busto o el del botellazo pero para mí, siempre será el punto de inflexión donde el Real Betis Balompié admitió que desde ese minuto Sevilla tenía un claro dominador y su cuartel estaba en Nervión.