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lunes, 8 de febrero de 2016

En el Sevilla FC los puntos también se ganan en nuestra portería.

En estas líneas quiero reconocer la labor de un portero que va creciendo a paso agigantado en la portería del Sevilla FC. Puede que todo llegara de forma precipitada la temporada pasada cuando las circunstancias en forma de lesiones le llevaron a ocupar la titularidad en un momento donde se dudaba, incluso, de su puesto en el filial. Rico fue el portero del campeonato celebrado en Lepe, en la temporada 2011-2012, donde el juvenil salió victorioso tras derrotar al RCD. Español en la final. Somos pocos los que aun, en cierto momento, revivimos aquella tanda de penaltis de la semifinal frente al Sporting, en la cual, nuestro Cid Campeador de aquel día detuvo cuatro lanzamientos. Recuerdo como nos endulzó el camino de vuelta hacia casa en una tarde-noche marcada por el gol de Beñat en el Sánchez Pizjuán. Puede que esta sea  la causa por la cual no olvido esa fecha ni el nombre de Sergio. 

El pasado curso supuso un paso grande en su carrera aunque alternó tardes de puerta grande con actuaciones más grises. La gloria y el infierno se entremezclaban sin saber el aficionado a qué atenerse. La confianza ganada en una parada antológica, se perdía en una salida en falso. El sevillismo quería otorgarle un lugar importante junto a los nuevos gladiadores pero las dudas no desaparecían. Además, Unai Émery contribuyó con su suplencia en San Petersburgo a crear más incertidumbre a su alrededor. Sin embargo, el niño criado en Pino Montano se repuso y mejoró su rendimiento, concluyendo la temporada con un título y una convocatoria con la selección de Vicente del Bosque.

Después un descanso estival merecido, el objetivo era alcanzar la consolidación en el equipo porque lo importante no es llegar sino mantenerse. El inicio se prometía muy feliz con una final cercana para volver a demostrar que su puesto en el once no debía ser algo efímero sino todo lo contrario pero las decisiones las toma el técnico y este creyó oportuno devolverlo al banquillo en beneficio de Beto. El cambio no dio el resultado esperado y la desconfianza inundo el terreno de juego y la grada, nadie entendía como se podía dejar de creer en Rico cuando su sustituto no ofrecía mejores garantías. Este hecho le hizo dudar de sus posibilidades, sumiéndolo en una pequeña depresión que tardó en superar. Necesitaba una tarde grande donde revirtiera su realidad para sentirse de nuevo importante y retomar la senda que nunca debió perder. Ese propósito se cumplió con el FC. Barcelona y a partir de esa jornada se ha asentado y demostrado que los palos del Sevilla FC tienen un dueño nacido en esta ciudad y criado en la Cisneros Palacios.

Las críticas del pasado han dado pié a las alabanzas del presente porque es justo reconocer la labor del profesional que hace bien su trabajo y contribuye a conseguir las metas propuestas. No debe sentir inseguridad porque lo avalan las actuaciones en las últimas jornadas. La mayoría se quedarán con los partidos frente al At de Madrid y RC. Celta de Vigo o su mejora en el dominio de las áreas. Sin embargo, yo no paso por alto un detalle importante, el fallo frente al Levante no le afectó como el día del Rayo cuando un error propició otro. Frente a los valencianos en los minutos finales realizó dos paradas de mérito y no reflejo nerviosismo. Por lo tanto, apoyemos a Sergio Rico porque su éxito será el nuestro.

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