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lunes, 29 de febrero de 2016

La individualidad gana partido, el colectivo campeonatos.

Al concluir el partido de ayer, gran parte del periodismo hablaba del comentario realizado en Milán por el ejecutivo del Inter, sobre Ever Banega. Esta información solapó el gran trabajo desarrollado en el campo por el equipo del barrio de Nervión. El Sevilla FC. puso en peligro la victoria del conjunto local debido principalmente a la labor del colectivo frente a la individualidad de un futbolista. El FC. Barcelona necesitó más de las individualidades de Messi para conseguir los tres puntos. El argentino con una genialidad colocó las tablas en el marcador, además, de fabricar numerosas jugadas de peligro para sus compañeros. El compromiso y la actitud de los futbolistas hispalense consiguió abortar el juego de Busquet pieza clave en el engranaje de los catalanes y eso se notó en el discurrir de la disputa.

Por encima de los detalles de calidad que también existió en el bloque blanco, estuvo el sacrificio y el derroche físico de los componentes de la escuadra comandada por Unai Émery. Un ejemplo claro fue las ayudas defensivas de Vitolo a su lateral Coke, la presión de Iborra al motor de los condales o la de los mediocentros N´Zonzi y Cristóforo. Por lo tanto, nadie se acordó de las bajas de Krychowiak y de Banega. Debemos recordar que con ambos el pasado año caímos derrotado por cinco goles a uno. Viendo el encuentro de ayer pienso que el primer gol de la final nos lo metió Martínez Munuera en el campo de Balaido con la expulsión del jugador francés, el mejor en los noventa minutos de ayer y verdadero canalizador del fútbol sevillista. No se limitó únicamente a cortar balones sin dar una carrera de más, sino a jugarlo con sentido y ofreciéndose a los compañeros en las ayudas.

En consecuencia, la lección que debemos sacar del partido de la noche barcelonesa es que el bloque está por encima de las individualidades y el gran Sevilla FC. de Juande Ramos brilló por la enorme plantilla que poseía y tener la habilidad de hacer partícipe a diecisiete peloteros con las rotaciones adecuadas. Ese equipo no tenía el mejor once titular pero si la mejor plantilla, eso supuso la consecución de tantos campeonatos llenando las vitrinas del Pizjuán. Con el paso de la temporada, el técnico vasco ha ido sumando piezas a su engranaje y en la actualidad cuenta con el número adecuado para cosechar buenos resultados en el tramo final de la temporada. Luis Aragonés decía que en los diez últimos partidos era donde se repartían los premios y había que llegar bien colocado y nuestro equipo lo está.

Así, que en mi opinión sobra la preocupación de la afición porque las individualidades ganan partidos pero el colectivo alcanza campeonatos y eso es lo que teme Luis Enrique, el cual, manifestó ayer que los andaluces han sido el rival más difícil que ha competido en el Camp Nou. Yo me quedo con la imagen del bloque y si Banega quiere seguir ganando campeonatos en Nervión tiene su casa, si por el contrario, el dinero es su principal objetivo Milán le esperará con los brazos abiertos.  


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