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martes, 4 de octubre de 2016

A veces aunque duela lo mas sano es decir adiós una sola vez.

Cuando la primavera tocaba a retirada en Sevilla, a finales de mayo o principio de junio, tuve la sensación que la alianza más sólida y consolidada jamás conocida formada por la aleación de gran cantidad de sentimientos encontrados comenzaba a fragmentarse. El general  que tantas batallas diseñó y planificó para conquistar la tierra prometida en forma de copa comprobó que la angustia y el sufrimiento solapaba y ganaba terreno a los momentos de gozo y disfrute, después de tantos años de triunfos, de días de gloria donde Nervión se reflejaba en el cielo azul de Eindovhen, Monaco, Glasgow, Madrid, Barcelona, Turín, Varsovia y Basilea, se dio cuenta que había llegado el momento de la despedida, de tomar una nueva ruta donde volver a sentirse libre de tanta responsabilidad.

Entiendo y comprendo que el agobio se apodere del  ejecutivo que trabaja en una entidad donde cada año se exige más y gran parte de la afición ha perdido el respeto a ganar títulos, son muchos los que piensan que llegar a una final es algo fácil, que pasear una copa por las calles de Sevilla es como la feria de abril que viene cada año cuando el olor a azahar se adueña de la vieja Híspalis. Hasta hace una década las críticas y elogios era un coto reducido al profesional de la comunicación y entorno cercano pero la sociedad actual nos permite interaccionar con facilidad mediante las redes sociales y es imposible vivir ajeno a ellas. Se pierde la intimidad y no se puede ignorar todo los comentarios que se realizan.

Además, aunar profesión y devoción es complejo porque nunca llueve a gusto de todos y siempre hay momentos donde el seguidor de Pizjuán te ve como uno de los suyos y te trata de igual a igual. Sin embargo, cuando las victorias se convierten en derrotas eres la diana donde clavar los dardos y las palabras balsámicas se convierten en mensajes llenos de virus tóxicos que merman el tanque de la felicidad. El inconveniente es que poco a poco ese depósito se va vaciando y cada vez es más dificultoso cubrir ese déficit. Los sueños se convierten en pesadillas y lo cotidiano se convierte en monótono, se necesita cambiar de espacio, de lugar, de gente y de buscar nuevas experiencias donde ensayar sensaciones desconocidas.

Por lo tanto, yo te libero de tu contrato y veo razonable que un día digas adiós porque es lo más sano cuando se hace en el instante justo y de la forma adecuada pero por favor te pido que no me hagas sufrir leyendo constantemente que tu ciclo se acaba porque esa incertidumbre no la puedo soportar. A mí me duele que el León de San Fernando, el mejor en su demarcación, nos deje, puesto que, será la perdida más grande de la entidad en este siglo, por encima de jugadores, técnicos y presidentes que escribieron renglones de gloria en el libro de oro del Sevilla FC y no supieron cerrar página. Yo deseo que tu salida sea por la Puerta Grande del Sánchez Pizjuán y el día que esto suceda quiero que las gradas estén repletas de sevillistas porque despedimos a la persona que nos devolvió a la grandeza del pasado.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

El sevillismo de las redes sociales.

No hace mucho las tertulias deportivas eran en el bar, el trabajo o un banco de cualquier plaza con los amigos, pero los tiempos cambian y el foro de disputa se ha trasladado al terreno de las redes sociales. Este hecho ha ayudado a agrandar el número de participantes y hemos pasado de un campo de regional de poco aforo a estadios de primera donde el número de participantes aumenta. Ya no compartimos las charlas con nuestro círculo de toda la vida únicamente, estamos expuesto a que cualquier aficionado se entrometa en nuestra conversación y comente su opinión, siendo la mayoría de las veces, una aportación contraria a la línea de debate que se está produciendo en ese momento. Sin darnos cuenta, estamos participando en un partido donde en lugar de ser compañeros de batalla somos rivales y esperamos la mínima oportunidad para devolver el golpe recibido en jornadas anteriores. 

Desde hace tiempo cada seguidor de Nervión se está generando o creando un perfil en estos medios modernos, como dice mi tío, que debe mantener y defender aunque el paso de los partidos y el rendimiento de los futbolistas le quite o le dé la razón. Se pasa muchas veces de la objetividad a la subjetividad, no importa defender lo indefendible aunque el mirar hacia detrás nos haya demostrado que hablar en septiembre sea sinónimo de porrazo grande, aquí hemos ganado tres títulos en las últimas temporadas sin dar importancia al trabajo, incluso, he llegado a pensar si ha influido más la suerte que la constancia en el desempeño de las funciones de cada profesional. 

Mi bautismo como internauta tuvo lugar en el foro oficial del Sevilla FC, en ese pequeño o gran reino sevillista, se produjo mis inicios con esta nueva forma de intercambiar opiniones sobre la actualidad de la sociedad. En esa tribuna donde los juicios estaban a la orden del día y las sentencias se dictaban de forma rápida, fuimos capaces de condenar a Juande Ramos en cinco jornadas, a Kanoutte lo tachamos de viejo y a Luis Fabiano de gran mentira. Sin embargo a los pocos meses el fútbol nos dio la oportunidad de vivir la noche mágica de Eindhoven y los criterios se modificaron y esos villanos se convirtieron en héroes aunque sus puestos no quedaron desiertos y fueron de forma rápida ocupado por otros protagonistas nacidos en Colombia, Uruguay o Costa de marfil. 

En definitiva, ha pasado más de una década y el mismo argumento sigue vigente, ha cambiado el emplazamiento donde se discute pero las líneas maestras se mantienen sin variar o estas a favor o en contra o eres de los míos o estás en la oposición pero nunca nos encontraremos en un punto común. Unos buscan cualquier resquicio para justificar cualquier derrota y los otros por el contrario rebuscan lo necesario para enturbiar cualquier victoria. Rico sale de los nominados pero "Mudo" ocupa su silla, esta  nunca estará huérfana porque como dice mi abuelo, siempre, hay que hablar de algo. Aunque por encima de todo estos conflictos está lo más importante no olvidar que para los conformistas e inconformistas las estrellas de la Champions alumbran Nervión por segundo año consecutivo y este hecho no había sucedido nunca en la historia.

miércoles, 15 de junio de 2016

El mejor y el más listo de la historia: Juande y Unai.

Habla de Unai Émery como el mejor entrenador de la historia del Sevilla FC es ir en contra de la realidad. Los recuerdos suelen volatilizarse con facilidad, dando pié, a olvidar con cierta rapidez los logros que otras personas consiguieron en un pasado, algunas veces, no muy lejano. El técnico del norte de España ha ganado tres Europa League, pero no ha conseguido en ninguna ocasión colocar la guinda al pastel, jamás ha conquistado la Supercopa de Europa. Además, siendo entrenador del Sevilla FC en cuatro participaciones, solo en una ha llegado a jugar la final de la Copa del Rey y en liga nunca ha alcanzado una clasificación por encima del quinto puesto. Con estos argumentos decir que no ha habido un técnico que supere al de Hondarribia es reducir más de cien años de historia a poco menos de una década.

En el verano del 2005 arribaba a nuestra ciudad un gran estratega en el campo de batalla pero un mal gestor de su fortuna en los despachos. En dos temporadas la sala de trofeo pasó de ser un lugar olvidado y cerrado a convertirse en un territorio de continua peregrinación. En quince meses sus puertas abrieron cinco veces para guardar títulos de verdad de esos que cuentan no solo en el ámbito local sino también en el internacional. Nervión recuperó la ilusión y aquella fabrica de humo, como fue bautizada por un periodista de la rancia Sevilla, se convirtió en una factoría donde se volvía a elaborar un fútbol de alta escuela. Las gradas se poblaban de nuevo como hacía décadas no ocurría y el ingenio sevillano llegó hasta el punto de pedir que nadie más se abonara porque no cabíamos. Juande creció con el Sevilla FC hasta cotas impensables pero no supo esperar el momento adecuado para soltarse de la mano y buscar nuevos aliados para seguir agrandando su leyenda.

Unai y Juande dos técnicos que triunfaron en el barrio de Nervión, dos historias muy distintas con dos finales iguales en la forma pero muy distinto en el fondo. Ambos abandonan el barco por el mismo motivo el poder del dinero pero mientras uno fue más grande en el campo de juego, el otro es más listo en los despachos. Juande llenó el Sánchez Pizjuán porque su juego transmitía sensaciones positivas al espectador, lo hacía disfrutar del espectáculo, además de dominar y someter a los grandes de nuestro fútbol que nunca ganaron en Nervión. Por el contrario, Unai no ha calado en el sevillismo por su juego, no ha encandilado a la parroquia, aunque ha ganado tres Europa League, un botín que ha sabido aprovechar, esperando su momento para conseguir el contrato que le permita poder optar a grandes cotas. No se ha dejado engañar por falsas expectativas y  se ha marchado cuando ha llegado un jeque de verdad con un proyecto muy bueno que le permite pelear en las mismas condiciones con los grandes de Europa.

Por lo tanto, decir que Unai Émery ha sido el mejor entrenador del Sevilla FC en el césped es faltar al respeto a Juande Ramos, los números no engañan y estos dan como vencedor al técnico de Ciudad Real. Sin embargo, el vasco es el más listo con diferencia, nos juro amor eterno para este año y cuando llego una oferta de verdad con un proyecto serio nos ha dejado, olvidando aquellas palabras de hace menos de un mes. 

jueves, 26 de mayo de 2016

La crónica de un "Siwanista" del Sevilla FC.

Con el final de mayo llega el ocaso de la temporada futbolística, y es el instante justo de hacer balance del año de trabajo. Llegamos al punto donde se recogen los frutos y comprobamos si la recolección realizada es acorde a lo esperado en tiempo de siembra. Es el momento del arqueo final de cuantificar lo conseguido y verificar si hay ganancias o pérdidas. Sin embargo, toda valoración es complicada porque son muchos los matices a analizar, por este motivo, he dejado pasar un tiempo para extraer mis conclusiones de una campaña complicada. 

Hace justo una semana, después de volver de Basilea, me senté delante del ordenador  con la intensión de atizar a todo aquel que renegaba del éxito hace justo un mes cuando escribí el post titulado: "Ni éxito ni fracaso en abril". Mis ansias de revancha me sobrepasaban, quería plasmar mi victoria sobre aquellos sevillistas que hicieron de Unai Emery su diana particular, pero al garabatear las primeras palabras caí en la cuenta que esta no era la postura correcta y debía esperar que la altanería por el trofeo conquistado se diluyera y alcanzara una situación de equilibrio para ser más objetivo. 

Hoy, más calmado, la visión es distinta, soy capaz de diferenciar lo positivo de lo negativo, las emociones vividas en St. Jacob Park han quedado archivadas en el disco duro de mi memoria y me permite ver que donde hubo gloria también existió infierno. Ha sido una liga complicada, no ganar fuera de casa ha supuesto una gran losa y ha dado la posibilidad de criticar de manera dura la labor del técnico de Fuenterrabía, desde mi punto de vista de manera injusta por la crueldad empleada por cierto sector del sevillismo, aunque entiendo que este hecho es un argumento suficiente sólido para pensar que algo no se ha hecho bien. 

No obstante, la nota final va en función de los objetivos alcanzados y ser pentacampeón de la Europa League con el premio adicional de la clasificación directa para la Champions es de sobresaliente sin paliativos o como se dice por esta tierra, la faena es de dos orejas y rabo sin discusión. Ningún aficionado puede negar esta afirmación porque es ir en contra de la lógica. Cuando Iborra lloraba al finalizar la final de Madrid, yo me alegraba de las lagrimas del futbolista porque era la rabia por no ganar un título, mientras no hace tanto mis lamentos iban asociado a descensos administrativos o deportivos. La vida nos ha cambiado para mejor jugar dos finales no está al alcance de cualquier entidad y esto solo se argumentar desde el trabajo bien realizado.

Pese a todo esto, no se debe obviar que esta es la recompensa a un proyecto serio de varios años, donde los cimientos son bastantes sólidos porque esta temporada únicamente Rami y N´Zonzi han cumplido con las expectativas creadas por los nuevos inquilinos de la plantilla. La séptima posición ocupada en la liga nos ha dejado la sensación de una plantilla corta en cuanto a efectivos capaces de rendir al nivel de exigencia que demanda el Sevilla FC actual. La vieja guardia con Gameiro, como protagonista principal, se ha echado el equipo a la espalda para llevarnos a las dos finales. Por lo tanto, el próximo curso es el momento de mejorar la plantilla con incorporaciones que vuelvan a aumentar la competitividad y pueda repercutir en una mejor clasificación en la liga porque en los campeonatos por eliminatoria hemos gozado de un abono total, ganando todas la posibles.

En definitiva, sobresaliente por el botín agenciado pero sin tapar los aspectos donde no hemos estado a la altura requerida por el club.












viernes, 6 de mayo de 2016

La década prodigiosa.

Han pasado diez años desde aquel día, fue a finales de junio del año 2005, cuando me acerque con pocas ganas y la caballerosidad justa a felicitar a mi amigo Antonio por el título de copa conseguido por su equipo, en ese momento, la sonrisa se adueño de la expresión de su cara y con un tono de voz altivo me hizo una declaración de intenciones que era más falsa que mi enhorabuena por el triunfo alcanzado por los suyos. Aquel: "Yo deseo que alguna vez podáis jugar una final aunque la perdáis, porque, disfrutad de ese día merece la pena ya que es un acontecimiento único y todo aficionado al fútbol debería vivir al menos una vez en la vida".

Esa frase contenía bastantes mensajes ocultos detrás del cariz distendido que ambos tratábamos de dar a la conversación. En ese comentario se mostraba la prepotencia del ganador que se sentía dominador por haber tocado el cielo frente al débil que empezaba a vender ilusión a su afición en forma de humo para muchos, el egoísmo del poseedor de una copa que no pensaba compartir con nadie y jamás podría ser gozada por la otra parte de la ciudad porque le pertenecía, la rebeldía del subordinado que veía como por un periodo de tiempo se despojaba de su papel de bufón para sentirse rey y gobernar el sur de España y la seguridad del vidente que tenía claro la nula posibilidad que sus palabras se fueran a cumplir. 

Hasta ese momento los fotogramas guardados en la memoria del sevillista eran de noches donde el fracaso se apoderaba del espacio escénico, soñar no estaba permitido para el aficionado porque al final la decepción conquistaba con más fuerza los sentimientos del habitante de Nervión. Sin embargo, dicen que no hay mal que cien años dure y la goleada de Kaiserslautern se borró por la encajada al Zenit en casa, el gol del último minuto que nos eliminó en Lisboa se cambió por el del Schalke, aquellos deseos de gloria que se ahogaron en la noche del Torpedo en el Pizjuan salieron a flote en Eindhoven y se cumplió lo de participar en una cita importante. Lo malo, amigo Antonio, que después han venido catorce finales más, una detrás de otra y de ellas nos hemos traído a las vitrinas siete trofeos más en forma de copa que agrandan nuestra leyenda.

Pero si en este instante me acuerdo de tu nombre es porque ayer jueves me vino a la memoria tu pequeño discurso, cuando al bajar las escaleras escuché a un niño preguntar a su padre: "¿Nos dejará mama ir a otra final papa?" Hoy la desilusión del seguidor de hace diez año se ha convertido en preocupación. Ese niño nada más ha conocido triunfos y le es familiar luchar por los campeonatos. Los tiempos han cambiado y hemos pasados de ser consolado por los rivales a ser un grande del viejo continente y esto no es fruto de la casualidad sino del trabajo bien hecho y la unión que debe imperar por encima de cualquier aspecto individual.

sábado, 23 de abril de 2016

La guasa sevillana por los siglos de los siglos.

En la vida lo cotidiano es convivir con el concepto de caducidad, son muchos los seres vivos, objetos o acciones que tienen fecha de principio y final señalados en el calendario que marca los designios de este mundo terrenal. El tiempo pasa y no todo puede perdurar de manera infinita, no podemos luchar contra la madre naturaleza e ir en contra de los principios de existencia. Los cambios de periodos en la historia de la humanidad, siempre, han conllevado  alteraciones en las condiciones de supervivencia y con ellos algunas especies han desaparecido. Las formas de vida se modifican con las nuevas tendencias que van surgiendo y algunas costumbres se evaporan marchándose sin dejar rastros en el presente que nos toca vivir. Sin embargo, en nuestra tierra, por muchas revoluciones que haya en la sociedad y cambios de mentalidad, tenemos la obligación de eternizar por los siglos de los siglos una particularidad que nos hace diferente a los demás "la guasa sevillana".

Sevilla no es una ciudad graciosa es guasona porque gracia y guasa son antónimos. Hay personas que entienden ambos términos como sinónimos y sin darse cuenta están cometiendo un error. La gracia no hiere pero la guasa duele, en definitiva, es insultante. Sin embargo, la clave radica en la forma de decirla y entenderla, para hacer de la guasa un arte es condición imprescindible el haberse empapado de la esencia de esta bendita ciudad  en las calles de Triana o la Macarena, en el barrio de Nervión o Heliópolis o ser partidario de Belmonte o El Gallo.  Sevilla es una metrópoli dual, el sevillano tiene la obligación de decantarse por una de las dos alternativas que se nos plantea en cualquier campo, en esta bendita tierra, no esta permitido ser imparcial. No se entiende que puedas sentir lo mismo por los dos bandos porque si esto ocurre podrás pasear por la vieja Híspalis pero no entenderás la idiosincrasia de sus habitantes. 

Por este motivo, yo reniego de todo aquel que quiere enterar esta cualidad que nos distingue. Por mi forma de ser no concibo un partido de la máxima rivalidad entre mi Sevilla y el eterno rival sin la guasa sevillana. Sevilla necesita de "la tienda de los veinte duros", del "Cortiinglés", de la "Copa del Centenario", del "busto de D. Manuel", del "himno en bucle" o de "rejas cerradas". Aunque la guasa tiene un inconveniente que donde las dan, las toman y el pasado mes de enero en el Ramón Sánchez Pizjuán fue el momento donde la ironía alcanzó el mayor grado superlativo posible. Fue el instante donde la guasa sevillana se apoderó del ambiente, hasta el césped perdió protagonismo, la grada se adueñó del espacio y la sátira ganó al balón, en ese lapsus de tiempo se le pagó a la otra parte con la misma moneda que utilizaba en las horas donde creían dominar el campo de batalla. Los de verdes aguantaron estoicos sabían que era el botín que debían recibir por acciones pasadas y sin aparecer la violencia.

En consecuencia, yo no quiero un derbi sin la guasa sevillana porque forma parte del espectáculo y debe perdurar por los siglos de los siglos, mientras, Sevilla siga siendo Sevilla.



domingo, 10 de abril de 2016

M´Bia y Negredo dos goles muy distintos.

Puede que los aficionados "che" y la prensa de Valencia, hoy, intenten sacarse la espina que llevan clavada desde hace casi dos años cuando el sueño de jugar una final de la Europa League se convertía en una realidad. En aquellos instantes finales los valencianos cambiaban la a por la n y por un día querían dejar de tener su sede en la ciudad del Turia para vivir en la vieja Turín y jugar uno de esos partidos que solo los grandes tienen la suerte de participar. Sin embargo, cuando la fiesta conquistaba la totalidad de las gradas de Mestalla, surgió la cabeza de M´Bia para convertir la celebración en velatorio y dejar claro que en la última década el más grande de los dos habita en la baja Andalucía donde el Guadalquivir baña sus tierras.

No tiene sentido decir que los dos goles en el último suspiro tienen el mismo efecto desolador, no es lo equivalente, perder un partido de liga, donde los intereses del Sevilla FC están perdiendo poder adquisitivo, puesto que, el próximo jueves volvemos a luchar por conquistar de nuevo la posibilidad de disputar otra semifinal continental, que dilapidar una renta donde el botín era capturar una copa en forma de "paragüero" para aquellos que solo la ven en las vitrinas de los otros. Vender que la afrenta se ha saldado es de equipo pequeño, esta victoria solo sirve para salir de la pelea por el descenso, no para aumentar el palmarés. Este triunfo os aleja de los clase baja de nuestra liga y no os acercará a los grandes de Europa como sucedió aquel uno de Mayo con el conjunto del barrio de Nervión.

Esto no quita que he de reconocer, que a mí personalmente la derrota me ha dolido. Yo no quiero salir perdedor en ningún enfrentamiento, como sevillista no defiendo a aquellos que no ponen en el terreno de juego el esfuerzo máximo para alcanzar la victoria y hoy en la primera parte del choque ni varios jugadores ni el propio técnico han demostrado la capacidad que atesoran. La afición no merece los resultados que el equipo está obteniendo cuando actúa como visitante. No es razonable tirar partidos porque se esté compitiendo en otras competiciones y nos encontremos cerca de tocar las mieles del triunfo. Años atrás los segundos espadas aportaban más, daban la sensación de mayor compromiso, parece que el entrenador ha diferenciado entre titulares y suplentes y este hecho que no sucedía en temporadas anteriores ha bajado la moral de ciertos profesionales repercutiendo en su producción.

En definitiva y retomando el hilo inicial de texto permitirme que adapte  un dicho de cuando era pequeño a esta situación: "no es lo mismo un metro de encaje negro que un negro te encaje un metro de gol en el último minuto del descuento". Así que el valenciano que desee igualar el daño producido por ambos goles se equivoca porque aquel no fue una espina sino un rejón de muerte y en todo lo alto.


martes, 5 de abril de 2016

Ni éxito ni fracaso en abril.

No entiendo las discusiones que están sucediendo entre los aficionados sevillistas en estos instantes, no concibo como a estas alturas de la temporada hay quien habla de éxito o fracaso. En todo proyecto los objetivos se deben cuantificar y temporalizar para poder realizar una evaluación final en el tiempo justo. Hablar a día de hoy de una temporada buena o mala es actuar de forma incoherente, no es correcto hacer un balance parcial basándonos en lo hecho hasta ahora cuando el reparto de premios se produce a mediados del mes de mayo. Es fundamental hacer balance en el momento adecuado porque podemos caer en un error de elevar a definitivo algo que no lo es a la altura de temporada que nos encontramos. 

A principio de la primavera no se ha conseguido ningún título ni clasificación para la competición europea, el Sevilla FC compite en tres campeonatos en la actualidad donde "sigue vivo", como gusta decir por esta tierra, con posibilidades de alcanzar el máximo premio posible en todos. Aunque esto no implica que se vaya a conseguir el preciado botín en la totalidad de torneos. Llegar a la final de la Copa del Rey o ganar la ida de cuartos de final de la Europa League, en este mes, no supone que la campaña sea triunfal, igual que ser séptimo en la liga tampoco es sinónimo de fracaso. Los exámenes parciales  no es un buen parámetro para elevar a definitivo la ganancia que se puede cosechar en el ocaso de las disputas, solo nos indica si el proceso discurre por el camino adecuado o por el contrario se aleja de los retos marcados.

Yo como sevillista, a primeros de abril, no considero como positivo lo agenciado por nuestro equipo porque las vitrinas siguen igual que ha comienzo del ejercicio actual, todavía, los profesionales que pasean el escudo de Sevilla por España y Europa no han conquistado nada, aunque estamos en una posición idónea para volver a reeditar fotografías de un pasado no muy lejano. Llegar a una final no supone ninguna distinción especial o alguien se acuerda en Middlesbrough de la noche de Eindhoven o en Getafe del día que La Castellana se convirtió en San Francisco Javier. Sin embargo, es de "paguita" utilizar el término fracaso para calificar el presente de esta plantilla y cuerpo técnico, cuando nos queda por delante una eliminatoria atractiva frente a los leones de San Mamés para volver a besar al primer amor de juventud y una final en el Calderón para gobernar la vieja Hispania.

Por lo tanto, seamos sensatos y disfrutemos de los capítulos que nos quedan para una vez echado el telón hacer recuento de lo acontecido. No gastemos fuerza en discutir lo que no tiene sentido y unamos el esfuerzo en llevar de nuevo al Sevilla FC a lo más alto posible que ya habrá tiempo de reír o llorar.

martes, 15 de marzo de 2016

Las comparaciones son odiosas pero necesarias.

Son muchas las críticas recibidas, últimamente, por Unai Émery, cada día tiene más detractores que intentan tirar por tierra la labor de un entrenador que pese a quien le pese ha hecho más grande al Sevilla FC. El pasado domingo en rueda de prensa comentaba una gran verdad, cuando el arribó al barrio de Nervión, los partidos eran los lunes, el campo estaba medio vacío y la afición veía como todo lo conseguido en temporadas pasadas se dilapidaba a pasos agigantados. El Sánchez Pizjuán vivía noches de batalla, pero sin la pelota como protagonista, entre la grada y el palco. Los triunfos de años atrás se convertían en derrotas y las chimeneas del viejo Nervión dejaban de echar humo por el cierre de una factoría que fabricó en nada de tiempo seis títulos. Sin embargo, con su llegada y el transcurrir del tiempo los guardianes de este sentimiento llamado Sevilla FC fueron recobrando la ilusión por volver a reencontrarse con aquella copa que nos robó el corazón en noche holandesa. 

La gloria del triunfo nunca llega por casualidad o suerte, esta va siempre hermanada de un proyecto bien diseñado. Los títulos no se obtienen sin un trabajo planteado de forma perfecta, para conquistar el éxito hace falta un líder que motive y haga creer a los integrantes de la plantilla que el objetivo se puede tocar con las manos y no es algo imposible de atrapar. Personalmente, me quedo con la capacidad del entrenador de ganarse la confianza de sus pupilos, los cuales, confían en la persona que dirige la nave sin dudar de sus facultades y es capaz de sacar el máximo rendimiento de los futbolistas que componen la plantilla. Es fundamental mantener entre dieciocho y veinte futbolistas en tensión o como se suele decir ahora "enchufado" para poder participar en cada partido. Las rotaciones son muy importantes y saber gestionar este recurso nos dará la posibilidad de pelear la cuarta plaza.

El año pasado defendí la necesidad de jugar Champions para codearnos con la aristocracia europea, esa posición es la que da lustre a un club y le posibilita el optar a piezas muy importantes para conseguir un plantel de alto nivel. Este deporte se mueve a base de dinero y la máxima competición facilita que la caja fuerte se colme de caudales. La sociedad no debe estancarse y esto solo es factible si jugamos con los grandes de Europa. En las últimas tres jornadas hemos descontado seis puntos al Villareal, son pocas las plantilla capaces de mantener el nivel competitivo jugando miércoles y domingo. Nuestro Sevilla FC lleva desde final de diciembre jugando dos partidos en siete días durante once semanas y ahora cuando está participando en las mismas condiciones que el conjunto castellonense le ha rebajado esa cantidad importante. Sin embargo, debemos tener en cuenta que doblando toda la temporada, es decir, siendo el equipo que más ha competido en lo que llevamos de año, estamos clasificado para la final de la Copa del Rey y Europa League y seremos equipo europeo de nuevo la próxima campaña.

Por lo tanto, las comparaciones son odiosas aunque hay veces que son necesarias para darnos cuenta de  lo injusto que somos con un entrenador que ha cometido errores pero los aciertos ganan por goleada y sigue agrandando nuestra historia con nuevas gestas.

viernes, 11 de marzo de 2016

La realidad de Ever Banega.

No me gusta escribir sobre fichajes o noticias relacionadas con la continuidad de jugadores en nuestra plantilla porque pienso que esa labor corresponde a los periodistas y a los foreros encargados de mantener en vilo a los aficionados, en las diferentes redes sociales, durante los meses estivales. Sin embargo, hoy voy a hacer una excepción porque quiero que la afición deje de estar pendiente de este culebrón y se centre en lo deportivo, dejando a un lado un tema que no es el momento idóneo para tratarlo porque podemos distraer al futbolista, además, de crear un ambiente hostil a su alrededor si los resultados no son favorables perdiéndolo para la causa deportiva. 

Era el verano del 2014 cuando sentado delante del ordenador me llegó un mensaje desde Valencia de un conocido mío muy cercano al jugador y en pocas palabras me comentaba la casi segura llegada de este profesional argentino al Sevilla FC. La noticia no había salido aun a la luz pública y mediante un tweet informé del aviso recibido, ya que, al pedirle permiso para publicarlo no se negó, puesto que, no había ningún motivo para que la operación se fuera al garete. Esta persona nada tiene que ver con el mundo del fútbol pero por circunstancias de la vida tenemos esa amistad común y no le importaba que esta confidencia saliera fuera.

Por este motivo, ayer mantuve una conversación donde me dijo que Banega no tiene nada firmado con ninguna escuadra, que no quiere salir, si tuviera que hacerlo, mal del club que le ha dado la posibilidad de subirse de nuevo al tren del fútbol profesional al más alto nivel, que le ofrecen un contrato muy importante pero es jugador del equipo hispalense y piensa escuchar la oferta de renovación que le proponga el Sevilla FC. El sabe de su importancia en el juego y pide colocarse en el primer escalón económico. Me indicó que si se clasifica para Champions, cree que se apostará fuerte por su continuidad y en este caso estima un porcentaje en torno al 90% de continuar en la capital andaluza.

En conclusión, nada está decidido y espero que disfrutemos de su juego este año y algunos más.   




lunes, 29 de febrero de 2016

La individualidad gana partido, el colectivo campeonatos.

Al concluir el partido de ayer, gran parte del periodismo hablaba del comentario realizado en Milán por el ejecutivo del Inter, sobre Ever Banega. Esta información solapó el gran trabajo desarrollado en el campo por el equipo del barrio de Nervión. El Sevilla FC. puso en peligro la victoria del conjunto local debido principalmente a la labor del colectivo frente a la individualidad de un futbolista. El FC. Barcelona necesitó más de las individualidades de Messi para conseguir los tres puntos. El argentino con una genialidad colocó las tablas en el marcador, además, de fabricar numerosas jugadas de peligro para sus compañeros. El compromiso y la actitud de los futbolistas hispalense consiguió abortar el juego de Busquet pieza clave en el engranaje de los catalanes y eso se notó en el discurrir de la disputa.

Por encima de los detalles de calidad que también existió en el bloque blanco, estuvo el sacrificio y el derroche físico de los componentes de la escuadra comandada por Unai Émery. Un ejemplo claro fue las ayudas defensivas de Vitolo a su lateral Coke, la presión de Iborra al motor de los condales o la de los mediocentros N´Zonzi y Cristóforo. Por lo tanto, nadie se acordó de las bajas de Krychowiak y de Banega. Debemos recordar que con ambos el pasado año caímos derrotado por cinco goles a uno. Viendo el encuentro de ayer pienso que el primer gol de la final nos lo metió Martínez Munuera en el campo de Balaido con la expulsión del jugador francés, el mejor en los noventa minutos de ayer y verdadero canalizador del fútbol sevillista. No se limitó únicamente a cortar balones sin dar una carrera de más, sino a jugarlo con sentido y ofreciéndose a los compañeros en las ayudas.

En consecuencia, la lección que debemos sacar del partido de la noche barcelonesa es que el bloque está por encima de las individualidades y el gran Sevilla FC. de Juande Ramos brilló por la enorme plantilla que poseía y tener la habilidad de hacer partícipe a diecisiete peloteros con las rotaciones adecuadas. Ese equipo no tenía el mejor once titular pero si la mejor plantilla, eso supuso la consecución de tantos campeonatos llenando las vitrinas del Pizjuán. Con el paso de la temporada, el técnico vasco ha ido sumando piezas a su engranaje y en la actualidad cuenta con el número adecuado para cosechar buenos resultados en el tramo final de la temporada. Luis Aragonés decía que en los diez últimos partidos era donde se repartían los premios y había que llegar bien colocado y nuestro equipo lo está.

Así, que en mi opinión sobra la preocupación de la afición porque las individualidades ganan partidos pero el colectivo alcanza campeonatos y eso es lo que teme Luis Enrique, el cual, manifestó ayer que los andaluces han sido el rival más difícil que ha competido en el Camp Nou. Yo me quedo con la imagen del bloque y si Banega quiere seguir ganando campeonatos en Nervión tiene su casa, si por el contrario, el dinero es su principal objetivo Milán le esperará con los brazos abiertos.  


sábado, 27 de febrero de 2016

Moisés, Polster, Suker y Toedtli los últimos héroes en el Camp Nou.

Domingo de fútbol, partido grande, entre clásicos de la liga española. Campeonato adulterado, según palabras de José María García, en un torneo que ha perdido su encanto. Siempre ha sido difícil ganar en el campo de los grandes pero no imposible. Visitar Barcelona es sinónimo, en la actualidad, de derrota. Este tiempo presente nada tienen que ver con el pasado, cuando la fe en una victoria rondaba la mente de aquellos aficionados de las últimas décadas del siglo pasado y primer lustro del presente. Hay que retrotraerse hasta la etapa de Joaquín Caparros para encontrar en el baúl de los recuerdos un triunfo en el Camp Nou.


Estos son los motivos que jugadores como Moisés, Polster, Suker y Toedtli todavía permanezcan en mi memoria. Todos ellos contribuyeron a conseguir la conquista del preciado botín en tierras catalanas que en épocas de sequía de títulos eran celebrados a lo grande. Hay niños que han conocido la consecución de siete copas por parte del Sevilla FC y no saben lo que es ganar al FC. Barcelona en su fortín.


Vivimos en una sociedad muy distinta a la de hace treinta años, antes los partidos no se televisaban, se escuchaban por la radio y esperábamos hasta la noche para ver los reportajes en Estudio Estadio, muchos de los recuerdos son sonidos de una mesa de camilla en tarde de carrusel. Cuando nos imaginábamos una jugada narrada en la voz de José Antonio Sánchez Araujo. Aquellos éxitos tenían una gran dosis de sufrimiento, cualquier ataque era peligroso por el énfasis que ponía el periodista en cada jugada desde que la pelota atravesaba el mediocampo.


Corría la segunda jornada de la temporada 1987-1988, el equipo se presentaba en Barcelona después de perder con el eterno rival, la moral por los suelos, el técnico pendiendo de un hilo, el sevillismo alicaído. Diez minutos para el final del encuentro empate a un gol, el contrario atacando el Sevilla FC pasando apuro y es entonces cuando el sevillano barrio de La Candelaria se hace presente con las genialidades de Moisés Rodríguez, extremo de la escuela sevillana, de regate fino. En la línea de fondo deja a tres contrarios, cachita incluida a Migueli, da el pase de la muerte y Cholo coloca el 1-2. Devolviendo la alegría al barrio de Nervión en momentos de escasez.


Vísperas de Nochevieja del año 89, el fútbol no paraba en Navidad, un austriaco y un chileno comandaban los designios del conjunto andaluz. Noche aciaga, el marcador señalaba un 3-1 en contra, un cuarto de hora para la conclusión, todo estaba perdido. Una jugada dudosa caída dentro del área y el árbitro señala penalti, la falta se cometió fuera. Un canario Brito Arceo encendía la mecha para la traca final, de ahí al final, remontada con los canteranos béticos Conte y Carvajal. Feliz entrada de año 1990 que acabaría con la clasificación UEFA.


Hablar de Suker es rememorar tiempos donde el Sánchez Pizjuán se inundaban de pañuelos, fue el último torero, esa tradición se ha cambiado por el vuelo de bufandas en tardes de inspiración, personalmente, me gustaba las gradas pintadas de blanco. Un croata que dibujaba obras de arte por los terrenos de la vieja piel de toro. Es fácil cerrar los ojos y volver a ver el gol que supuso la gloria en tarde nublada, donde Busquets sufrió el azote de un grande que hizo feliz a una hinchada que soñaba con volver a Europa.


Siglo nuevo y vida nueva, nuestra historia crece de forma exponencial a los cimientos que crea un sevillista de Utrera, que se rodea de gladiadores para cambiar la mentalidad de un club y luchar por alcanzar cotas superiores. Entre aquellos guerreros, tiene su sitio un argentino de nombre Mariano y conocido futbolísticamente por Toedtli. Dos goles en diez minuto sentenciaba el encuentro y a Joan Gaspart, en noche fría donde la leyenda de un técnico se agrandaba a pasos agigantado.


Estos cuatro recuerdos evocan nostalgia de un tiempo pasado, donde ganar en Barcelona era posible. Aunque si soy sincero los saco a relucir porque sigo pensando que con todas las contradicciones ganar es factible. Yo confío en los de blanco y espero que ustedes lectores también creáis en ellos.


martes, 23 de febrero de 2016

Las chinas siguen en los mismos zapatos.

Debe ser difícil realizar un trabajo cuando el reconocimiento nunca llega o complicado sentarse cada domingo en el mismo lugar cuando un error prevalece sobre los aciertos o duro no sentirte querido por los tuyos después de tantas noches de alegría. En definitiva, seguro que es imposible calmar el dolor si las reprimendas siempre tienen el mismo destino. No me considero ni a favor ni en contra del entrenador de mi equipo, discrepo con aquellos que intentan crear dos corrientes dentro del sevillismo o defiendes al entrenador o críticas al entrenador. Llevo desde el domingo buscando argumentos para encontrar las confusiones del técnico rojiblanco en el banquillo de Vallecas. No entiendo la posición de gran parte de la afición que no perdona nada al entrenador y en todas las ocasiones es el culpable principal de lo acontecido en el terreno de juego.

Analizando el partido disputado el pasado fin de semana, hay datos que prevalecen por encima de cualquier juicio de valor. El Sevilla FC creo innumerables ocasiones de gol, realizó transiciones rápidas de balón cogiendo descolocada a la defensa vallecana, llegando con superioridad al área contraria, aprovechando las decisiones del técnico Paco Jémez de retirar defensas y poner en el césped jugadores de ataque. Nuestro equipo tiro nueve veces entre los tres palos por cuatro de los locales, lanzó diecisiete saques de esquinas por tres de los madrileños, eso sin contar las malas decisiones tomada por los jugadores en el último instante teniendo compañeros mejor colocado para culminar la jugada. Sin embargo en este Sevilla los palos siempre van para los mismos. Unai y Fede tienen los boletos marcados para ganarse el premio en forma de reproche.

En la mañana dominical no solo falló el central hubo más compañeros que no estuvieron acertado en el desarrollo del partido. Comenzando por el portero falto de confianza desde que ha hecho acto de presencia en algunos encuentros David Soria. Tengo la sensación que le cuesta vivir con la presión de sentirse apretado por la competencia, le ocurrió a principio de temporada cuando luchaba con Beto por la titularidad y le vuelve a suceder ahora, quedándose estancado en su progreso. Tremoulinas es otro de los futbolistas que no aporta lo de la campaña pasada y el equipo lo nota en ataque y defensa. Krohn Delhis e Iborra son jugadores que no ganan partidos, no crean juego. Gameiro fuera de casa no es el jugador decisivo de Nervión, no acierta con el gol y eso es una rémora muy grande. Sin embargo, en mi opinión, lo peor fue la aportación del banquillo. Ni Banega ni Konoplyanka, ninguno contribuyeron a mejorar el juego del conjunto. Sin embargo, en ningún medio de comunicación se ha hablado de su nula contribución al juego del Sevilla FC.

El argentino, además, se quitó del cartel para Barcelona dando una patada sin sentido y el ucraniano no fabricó ninguna jugada de peligro, con la retirada de Vitolo se acabó el peligro por parte de los visitantes. Por eso no comprendo como, todavía, desde los distintos foros de discusión se dice que Banega debe ser siempre titular cuando esta temporada fuera de casa no ha realizado ningún partido aceptable. Por lo tanto, no entiendo la pasividad de la prensa para decir la realidad de este futbolista que está jugando a las tres cartitas cómo se dice por esta tierra. No podemos vivir de la renta del gol de Vigo porque a un profesional de su capacidad hay que exigirle más, igual que a Konoplyanka.

En conclusión, las valoraciones deben ser objetivas y repartidas de forma justas para cada uno y no debemos dejarnos llevar por la corriente y siempre dar los palos a los mismos. El domingo no fue el día donde la equivocación estuvo en el planteamiento y si en situaciones puntuales de la mayoría de futbolistas. Igual, se marró en defensa y en ataque al cincuenta por ciento. Sin embargo las chinas continúan en los mismos zapatos los de Unai y Fede.


lunes, 15 de febrero de 2016

"Pío, pío" algo más que un grito. Un sentimiento.

Del partido jugado ayer en el campo del barrio de Nervión hay poco que contar desde la perspectiva del Sevilla FC. Lo único reseñable para el aficionado sevillista que jugando mal los puntos se quedaron en casa. Puede que los aficionados que nos contemplan desde la lejanía lleven razón y seamos uno de los grandes de la liga. Ellos observan una diferencia entre nuestro equipo y los demás, situándonos un escalón por debajo de los conjuntos capitalinos y catalanes. Ayer, antes de entrar en el estadio hablaba con seguidores venido desde fuera de la península y me comentaban del potencial de una plantilla que cambiaba seis jugadores con respecto al pasado jueves y mantenía un once donde sus jugadores serían titular en dieciséis equipos de esta competición. Fueron muchos los canarios que se acercaron a Sevilla para ver esta disputa y a ellos quiero dedicar hoy estas líneas.

Los veía y me trasportaban a tiempos no muy lejanos donde nuestro triunfo era amar unos colores y defender un escudo casi sin recibir nada a cambio. El sentimiento amarillo se podía asimilar a aquel rojiblanco de hace dos décadas cuando deambulábamos por campos de segunda sin encontrar el rumbo correcto. El "sí se puede" que cantaban a la llegada de su equipo, equivalía al grito de "sevillista hasta la muerte" que antes se escucha por los terrenos de la geografía española. Para ellos, su objetivo es seguir jugando en primera, la conquista de esta plaza les resultó complicada y no permitirán que nadie les quite el lugar que tanto ansiaban alcanzar. Defienden con pujanza, vigor, fortaleza y ánimo su estatus en el balompié hispano poniendo la resistencia necesaria para conseguir su copa en forma de permanencia.

Fueron cerca de tres mil corazones pío, pío los que llenaron nuestro santuario dando una tonalidad áurea al ambiente, convirtiendo Nervión en un pequeño Insular donde las palmas por sevillanas cambiaron su tono por uno más carnavalero. Ellos prefirieron dejar aparcada la fiesta por un momento para cortejar a los suyos en la complicada tarea de asaltar el fortín que también guardan los gladiadores de este trocito de la vieja Híspalis. Apoyaron a sus guerreros de principio a fin, incluso, en la primera parte de la contienda tuvieron la sensación de que la batalla se podía decantar de su lado pero  la suerte le fue esquiva y se alió con el más poderoso repeliendo el palo la pelota cuando se cantaba el gol. Además, me demostraron que el cariño a sus hijos es independiente del color de la camiseta, se sienten orgulloso de su Vitolín, ese niño que se hizo pelotero soñando con ser, algún día, Valerón y lo ha conseguido pero a orillas del Guadalquivir aunque no pierden la esperanza de recuperarlo un día y volverlo  a ver por su tierra vestido de La Unión.

Ya solo me queda decir que ayer con vuestro comportamiento ganasteis uno más para vuestra causa y deseo que la temporada próxima se vuelva a oír ese acento caribeño por mi tierra, siendo señal que vuestro sueño se habrá cumplido y la primera división seguirá contando con otra afición inmensa en su competición. Sin más, Hola D. Pepito, hola D. José ayer yo vi pasar por mi casa a unos aficionados grandes, que honraron a su tierra como ella merece. 

lunes, 8 de febrero de 2016

En el Sevilla FC los puntos también se ganan en nuestra portería.

En estas líneas quiero reconocer la labor de un portero que va creciendo a paso agigantado en la portería del Sevilla FC. Puede que todo llegara de forma precipitada la temporada pasada cuando las circunstancias en forma de lesiones le llevaron a ocupar la titularidad en un momento donde se dudaba, incluso, de su puesto en el filial. Rico fue el portero del campeonato celebrado en Lepe, en la temporada 2011-2012, donde el juvenil salió victorioso tras derrotar al RCD. Español en la final. Somos pocos los que aun, en cierto momento, revivimos aquella tanda de penaltis de la semifinal frente al Sporting, en la cual, nuestro Cid Campeador de aquel día detuvo cuatro lanzamientos. Recuerdo como nos endulzó el camino de vuelta hacia casa en una tarde-noche marcada por el gol de Beñat en el Sánchez Pizjuán. Puede que esta sea  la causa por la cual no olvido esa fecha ni el nombre de Sergio. 

El pasado curso supuso un paso grande en su carrera aunque alternó tardes de puerta grande con actuaciones más grises. La gloria y el infierno se entremezclaban sin saber el aficionado a qué atenerse. La confianza ganada en una parada antológica, se perdía en una salida en falso. El sevillismo quería otorgarle un lugar importante junto a los nuevos gladiadores pero las dudas no desaparecían. Además, Unai Émery contribuyó con su suplencia en San Petersburgo a crear más incertidumbre a su alrededor. Sin embargo, el niño criado en Pino Montano se repuso y mejoró su rendimiento, concluyendo la temporada con un título y una convocatoria con la selección de Vicente del Bosque.

Después un descanso estival merecido, el objetivo era alcanzar la consolidación en el equipo porque lo importante no es llegar sino mantenerse. El inicio se prometía muy feliz con una final cercana para volver a demostrar que su puesto en el once no debía ser algo efímero sino todo lo contrario pero las decisiones las toma el técnico y este creyó oportuno devolverlo al banquillo en beneficio de Beto. El cambio no dio el resultado esperado y la desconfianza inundo el terreno de juego y la grada, nadie entendía como se podía dejar de creer en Rico cuando su sustituto no ofrecía mejores garantías. Este hecho le hizo dudar de sus posibilidades, sumiéndolo en una pequeña depresión que tardó en superar. Necesitaba una tarde grande donde revirtiera su realidad para sentirse de nuevo importante y retomar la senda que nunca debió perder. Ese propósito se cumplió con el FC. Barcelona y a partir de esa jornada se ha asentado y demostrado que los palos del Sevilla FC tienen un dueño nacido en esta ciudad y criado en la Cisneros Palacios.

Las críticas del pasado han dado pié a las alabanzas del presente porque es justo reconocer la labor del profesional que hace bien su trabajo y contribuye a conseguir las metas propuestas. No debe sentir inseguridad porque lo avalan las actuaciones en las últimas jornadas. La mayoría se quedarán con los partidos frente al At de Madrid y RC. Celta de Vigo o su mejora en el dominio de las áreas. Sin embargo, yo no paso por alto un detalle importante, el fallo frente al Levante no le afectó como el día del Rayo cuando un error propició otro. Frente a los valencianos en los minutos finales realizó dos paradas de mérito y no reflejo nerviosismo. Por lo tanto, apoyemos a Sergio Rico porque su éxito será el nuestro.

martes, 2 de febrero de 2016

El mejor Sevilla del siglo XXI.

Recuerdo en mi época de estudiante en el barrio sevillano de Bami como compartir vivienda con un compañero de estadística. En una de las charlas nocturnas, muy común en estos lugares donde algunas veces faltan ganas para acudir a los libros, le pregunté por el motivo de elegir esta carrera. Me lo fundamentó utilizando dos razones que me convencieron de pleno. La primera se basaba en un principio fundamental de cualquier análisis, los números son necesarios para demostrar las hipótesis formulada y la segunda se asentaba en el  hecho que siempre el estudio se realiza desde los parámetros que le interesa al autor y posibilita justificar cualquier propuesta. Esta es la excusa que la mayoría de las veces mis razonamientos van acompañado de alguna gráfica que ayuda a entender las cuestiones que planteamos. 

Desde mis primeros pasos, en este espacio donde escribo mi opinión, he intentado mantener una línea donde he priorizado el buscar ideas que ilusionen al aficionado cuando entra en este blog. Esto no quita que alguna vez haya sacado las pinturas de guerra para luchar contra lo injusto. En este artículo voy a esforzarme para convencer a los míos, los de colorado, que estamos frente al mejor Sevilla FC del siglo XXI. En esta primera gráfica vamos a comparar la puntuación en las veintidós primeras jornadas de liga desde el año 2001 hasta la temporada actual. Se puede comprobar que el equipo tiene la sexta mejor puntuación de este periodo de tiempo. Tan solo la temporada 2006-2007 y la 2014-2015 la diferencia puede ser grande. Sin embargo en las otras cuatro se puede considerar que la puntuación es similar.

En la segunda es donde demuestro que nos encontramos frente al mejor conjunto de esta nueva centuria, nunca la plantilla del Sevilla FC había alcanzado la cantidad de 34 puntos desde la jornada 6 hasta la 22, ambas inclusive. En este esquema se observa la diferencia con otras temporadas, este dato nos permite demostrar la mejoría del equipo y la trayectoria ascendente que lleva en la liga. En estos momentos, soñar es posible y la meta de alcanzar el cuarto puesto no se ve como una quimera. Esta posición nos permitiría seguir creciendo más en todos los aspectos porque sin Champions los pasos hacia el frente son más corto.

En la tercera realizo un balance de lo cosechado en el tramo que resta de competición en campañas anteriores. En los dos últimos años la cantidad nos invita a ser optimistas con los pies en el suelo pero sin eliminar cualquier objetivo.

Para concluir me gustaría deja un dato en las dos temporadas anteriores el Villareal en la jornada 22 contabilizaba 40 y 41 puntos respectivamente y finalizo la liga con 59 y 60 puntos. El Sevilla FC poseía 31 y 42 y concluyó con 63 y 76 puntos. Por consiguiente la diferencia en este tramo fue en la campaña 2013-2014 de 13 y en la 2014-2015 de 15 puntos. Otro argumento para soñar que la cuarta plaza aun es factible.

martes, 26 de enero de 2016

En Nervión se vuelve a soñar.

A final de agosto con el inicio del campeonato liguero el pesimismo se adueñaba de la parcela rojiblanca, nadie esperaba un comienzo tan desolador en cuanto a resultado. El aficionado vivía confundido entre la duda de creer en el nuevo proyecto o pensar que no siempre se va a acertar en las nuevas adquisiciones. Los sueños en forma de esquema dibujado en la pizarra ficticia que cada aficionado guarda se rompían cuando la realidad no era la imaginada en esos planteamientos de pretemporadas. El pesimismo derrotaba al optimismo y muchos sevillistas se bajaban del carro de los triunfos donde bastantes asientos quedaron huérfano de personal. La historia de hace dos temporadas se repetía el Sevilla FC, el poderoso, ocupaba en la quinta jornada el puesto de colista.
Mi teoría de esperar un tiempo no ganaba aliados, el sevillismo en la actualidad necesita resultados al momento. Nos hemos situado en una posición donde no se puede esperar, el rendimiento tiene que ser inmediato porque ahora no es igual que en tiempos pasados, nuestros vecinos son los grandes de Europa y el ridículo no estaba permitido. El punto de inflexión se produjo en el estadio Insular cuando tocamos fondo consiguiendo el farolillo rojo. Ese golpe fue duro para la parroquia, además, los periodistas que todavía sueñan con la fábrica de humo y sus chimeneas vertindo gases, no contribuyeron a quitar leña del fuego sino que avivaron la candela con ciertos comentarios donde ponían en entredicho la unión del grupo. Sin embargo, la plantilla reaccionó y demostró orgullo y personalidad derrotando al FC. Barcelona en el momento más complicado.
Desde el partido jugado en las Islas Canarias se han jugado 16 partidos y el Sevilla FC ha conseguido 33 puntos los mismos que el todopoderoso Real Madrid. Somos el tercer equipo empatado a puntos con los capitalinos y nos encontramos igualados en la clasificación real con el Éibar que ocupa la sexta plaza. Hemos vuelto a llamar y se nos ha abierto las puertas de nuestra competición fetiche la Europa League, aquella que en la lejana Holanda, la tierra de los tulipanes, nos demostró que los sueños de niño se hacían realidad. En la vieja piel de toro, hurgamos en nuestra memoria para ver si la historia se repite, recuperando las imágenes de un 19 de mayo del 2010 cuando el ahora Rey de España Felipe VI nos entregaba la copa que debíamos al cielo. 
No puedo asegurar que esto influya pero la llegada de febrero hace que la luz del día gane terreno a la penumbra de la noche. En Sevilla, este hecho, ayuda a cambiar el estado de ánimo, la esperanza comienza a destronar al desánimo y la ciudad va adquiriendo esa tonalidad que le da ese color especial cantado en épocas pasadas. El sol con sus rayos encala las fachadas de calles y plazuelas, los naranjos comienzan a florecer, el olor a azahar se apodera del ambiente y mientras todo esto sucede, la ilusión se adueña de nuevo de Nervión y el carro de los triunfos que se vació por el mes de septiembre vuelve a completarse y emprende de nuevo el camino que ojala nos lleve a tocar por enesima vez la gloria.p

sábado, 23 de enero de 2016

Aquella tarde de febrero cuando Monchi conquistó la Ribera del Manzanares.

Siento la necesidad de escribir esta entrada por tres motivos que me hacen recordar aquel día del mes de febrero en el invierno del año 1996. Una estación no tan primaveral como la que estamos  padeciendo en la actualidad. Aquella nublada tarde estaba en consonancia con el ambiente crispado que se vivía en el barrio de Nervión, donde, el equipo de nuestros amores coqueteaba con los puestos de descenso, el purgatorio de la segunda división cada vez se percibía más cercano para una afición que jamás pensó en sufrir una condena tan grande.
Retomando el principio del texto me centro en las razones que me llevan a componer este artículo. El primer motivo es mostrar a los sevillistas más jóvenes que nuestra historia también se escribió con renglones torcidos. No todo fueron momentos de gloria, en esas décadas de finales del siglo pasado las vitrinas del Pizjuán solo se abrían para guardar algún trofeo de verano o alguna clasificación europea que nos permitía pasearnos por Europa un par de rondas como máximo. El segundo reivindicar el protagonismo de Monchi debajo de los palos porque él guardó, siempre, en situaciones difíciles la portería del Sevilla FC. Muchos aficionados, únicamente, se quedan con el fallo de Gijón, la derrota frente a la Real Sociedad o la eliminación de copa frente al Isla Cristina y pocos somos los que en el baúl de los recuerdos de nuestro sevillismo rancio archivamos la temporada 95-96 cuando nos salvó del descenso o el ascenso de la 98-99. El tercero es recuperar esta crónica para intentar que el guión del partido se vuelva a repetir y soñar con una victoria frente al nuevo ejército de líderes comandado, igual que el 10 de febrero de 1996, por Simeone "el eterno desagradecido". 
Comenzaba José Antonio Sánchez Araujo en el diario ABC con una frase muy futbolera: "La fortuna y un excepcional guardameta hicieron posible una victoria que puede servir de bálsamo". El fútbol es grande porque el débil puede vencer al fuerte. El director deportivo que actualmente nos hace ver que la gloria habita en Nervión con cadena perpetua, fue pieza clave para doblegar al gran Atlético de Pantic, Caminero, Kiko, Solozábal, López y Simeone. Una escuadra que dominó constantemente el partido pero se encontró a un portero olvidado por la gran mayoría de aficionados y que puso su granito de arena contribuyendo de forma notoria a los éxitos del pasado con tardes para guardar en un rinconcito de la memoria del buen sevillista.  El periodista haciendo un ejercicio de retentiva comenta que buscando en su memoria no era capaz de encontrar una actuación que tuviese tanto peso específico a la hora de definir un resultado. A partir de aquí narra las hazañas en formas de paradas que hicieron grande al León de San Fernando durante noventa minutos, finalizando con la siguiente máxima: "Ganó el Sevilla cuando nadie lo esperaba". Y yo concluyo con la esperanza que esa expresión mañana se vuelva a transformar en una realidad y el viejo Manzanares compruebe de nuevo que la vida es cíclica y los hechos se repiten. 
Con esta evocación intento homenajear a un guardameta que fue héroe y a un secretario técnico que también ha sido villano.

lunes, 18 de enero de 2016

El jeque.

Cada jornada intento escribir en este blog unas líneas sobre algún aspecto del partido celebrado en el barrio de Nervión, mi intención, siempre, es alejarme de la crónica y tratar un tema relacionado con la disputa y no sea el analizado por la prensa deportiva de la ciudad. El pasado sábado sentado en mi asiento contemplaba a la afición venida desde la Costa del Sol y echaba en falta la ilusión de hace cuatro temporadas cuando a finales de agosto arribaron en el mismo lugar pero con un talante distinto. Eran unos nuevos ricos, soñaban con cotas altas, se codeaban y miraban por encima del hombro al poderoso de Andalucía atreviéndose a menospreciar al gigante de la vieja Híspalis. David pensaba que la historia se repetiría y volvería a derrotar a Goliat, aunque esta vez, no contaba con la ayuda de una honda lanzada al tendón de Aquiles, sino, con el dinero llegado del lejano Oriente. Como consecuencia del botín encontrado, los soldados que traían al frente de su ejército no ostentaban el grado de novatos en estos menesteres, la mayoría poseían alta graduación en el campo del fútbol. Sin embargo, ese sueño se esfumó rápido y el tiempo les volvió a colocar en su sitio.

Por lo tanto, hoy, me apetece reflexionar sobre este tipo de héroe que habitó cerca de nuestro entorno, siendo encumbrado a los altares y destronado cuando equivocó los conceptos, convirtiendo el gran reino en un solar desmantelado. El jeque es un individuo que solo entiende el fútbol como un negocio, no ha cultivado desde niño la semilla del sentimiento por unos colores y si lo experimentó, lo olvidó rápido en un momento de debilidad. En esta posesión, el mundo del balompié se vive de forma distinta, aquí se lleva el escudo tatuado en el corazón desde la cuna, donde nos colocan una camiseta que defendemos a muerte. En esta patria se han derramado lágrimas de alegría o de tristeza, nos hemos hecho fuerte en los momentos de fragilidad y resucitado desde las propias cenizas como el Ave Fénix para volver a ocupar el territorio que la maldita ley de las sociedades anónimas nos hurtó con la compraventa de acciones. En mi dominio no codiciamos ser gobernados por un jeque, solo ansiamos ser liderado por un patriarca que entienda que en la tierra de María el balón no sirve para hacer transacciones y mercadear pisoteando el orgullo de un afición que no se deja traicionar y menos si es uno de lo suyo.

En nuestro centenario equipo no tienen cabida ni Stevanovic, ni Babá, ni Cicinho, ni Hervas, ni Rabello, ni otros tantos que se alinearon en el bando blanco que pasea a los tres santos de Sevilla por el orbe mundial. En el norte de Nervión manda el sevillismo puro el que no cambia, el que se pinta la cara con pinturas de guerra cuando la ocasión lo requiere y echa de sus fronteras a todo aquel que avance con la falsedad por bandera. Así que en este recinto deportivo no anhelamos jeques ni de Orienten ni de la propia ciudad, solo pretendemos soberanos que no conciban el fútbol como un filón para su propia especulación.  

miércoles, 13 de enero de 2016

Y Pepe Mel no pecó de ignorante.

Un partido de la máxima rivalidad en Sevilla siempre era igualado, hecho que lo hacía diferente al de cualquier otra ciudad de España. Madrid, Barcelona y Valencia son tres situaciones idénticas donde existen esa disputa entre equipos que comparten el mismo espacio, si contamos los seguidores de uno y otro bando la diferencia es grande y la balanza se decanta hacía uno de los lados de forma clara, así, como en lo deportivo donde el palmarés del poderoso no se puede comparar con el del pobre. En este rincón de Andalucía, en cuatro décadas, nunca había contemplado esa diferencia futbolística entre los vecinos, como sucede en los últimos cuatro años. Ayer la derrota fue más en la grada que en el terreno de juego. El seguidor bético fue puesto por los suyos delante de un muro para sufrir una lapidación por parte de una afición que de forma correcta, sin señal de desprecio, aunque no faltó la guasa sevillana, le devolvió todos los golpes bajos que les propinó su consejo de administración en los derbis pasados.
La derrota de ayer no fue para mí la más humillante en lo deportivo, ese honor se lo otorgo a la remontada en la Europa League. En ese combate, los béticos vestían sus trajes de galas para celebrar una victoria que según ellos les pertenecía después del resultado de la ida en Nervión. En ese instante la fiel infantería bética pensaba en disfrutar de un triunfo épico para guardar en sus vitrinas donde las copas se echan de menos. En esa batalla primó el fútbol por encima del espectáculo en la tribuna, la pelota fue la protagonista durante la disputa de los noventa minutos y los cánticos consistían en mensajes de aliento a sus gladiadores sin hacer alusión al contrario en forma de ocurrencia ingeniosa donde se ponía en evidencia las debilidades del enemigo. Por lo tanto, el guión de ayer donde la ironía del Gol Norte inundo un estadio y los chascarrillos superaban en bastantes situaciones a lo sucedido en el césped, sirvió para señalar como perdedora por encima del equipo a los incondicionales de Heliópolis.
Sin embargo, he de reconocer que en el bando verdiblanco no todos perdieron, también hubo un ganador y ese tiene nombre y apellidos "Pepe Mel" El idolatrado por los suyos y manteado hace poco más de siete meses se bajó del carro en el momento justo. El pasado sábado realizó la rueda de prensa ideal para ser destituido y no sufrir en sus carnes una derrota vergonzosa. Se ha tirado del barco el primero y siempre tendrá la excusa que lo echaron con cinco puntos de ventajas sobre el descenso y no salió derrotado en esta dura eliminatoria. En consecuencia, lo consejeros y el Sr. Macias cayó de nuevo en la trampa del "mentiroso", ellos fueron quienes lo libraron de ser el principal protagonista de esta nueva capitulación a favor del sevillismo. Por lo tanto, tengo claro quién no pecó de ignorante y salió victorioso de la debacle verde en la oscuridad de Nervión.
 

domingo, 10 de enero de 2016

Carriço y Cristóforo. Ganar desde la solidez defensiva.

Hace siete días en Granada el Sevilla FC dio la sensación de falta de equilibrio en su conjunto. El equipo de la ciudad de la Alhambra nos despojó de nuestra vestimenta y enseñó las carencias de un once que le costaba la transición ataque-defensa. Volver hacia la portería propia suponía una tragedia. La descomposición era total, los mediocentros no estaban bien colocados, los centrales caían en los desmarques que tiraban los delanteros y los espacios generados fueron aprovechados por los atacantes contrarios para adelantar por dos veces a los locales. Por lo tanto, Unai Émery necesitaba cortar esta debacle defensiva para poder crecer como bloque.
 
En la tarde de ayer, el técnico de Fuenterrabía repitió el esquema táctico utilizado frente al Real Betis Balompié en el partido de ida de la Copa del Rey. Prescindió de los extremos, jugando por dentro y dejando toda la banda para los laterales. El primer gol vino a partir de un robo de balón en la salida de los bilbaínos con Vitolo por el centro dando un pase milimétrico habilitando a Gameiro que resolvió bastante bien cruzando el esférico a la salida del portero. Este supuso el único disparo a puerta de los sevillistas en la primera parte aunque la sensación dada era la del control del encuentro a partir del primer cuarto de hora.
 
El Sevilla FC se mostraba compacto, se encontraba compensado en defensa y ataque. Únicamente en una ocasión fue sorprendido en una contra. Esto sucedió en el epílogo de la primera parte cuando Adúriz sorprendió en una jugada rápida tras perdida en ataque. Para contrarrestar esta rémora fue fundamental la aportación de Cristóforo. El jugador uruguayo derrochó un gran despliegue físico cortando las acometidas norteñas en zona de campo visitante, no retrocediendo como ocurrió en tierra Nazarí por parte de los dos mediocentro. Además, de no llegar nunca tarde es capaz de revolverse rápido cortando la acción ofensiva o teniendo que retroceder el contrario la pelota hacia el portero. El Ath. de Bilbao no tuvo salida limpia de balón en ningún momento del partido. Cristóforo proporcionó a Krychowiak la posibilidad de jugar sin realizar muchos desplazamientos hacia las bandas o salidas a destiempo en zonas alejadas de su mediocampo donde es más vulnerable. Otra virtud del sudamericano estuvo en el toque, no fallo hasta el último tramo donde ya estaba cansado.
 
Tampoco se puede olvidar otro pilar importante en la consecución de dotar al equipo de consistencia como fue Carriço. Siempre se situó de forma correcta, colocando ý corrigiendo la posición de los mediocampistas. Se llevó todo el partido hablando con sus compañeros, dando indicaciones que aportaron esa solidez necesaria para no pasar apuros durante la segunda parte. Contar con la posibilidad de un futbolista de esas características es tener un entrenador en el terreno de juego. En estos momentos confiamos en una dupla de centrales formadas por el portugués y Ramí. Mucho somos los que pensamos que la llegada de este componente es el mejor fichaje de invierno. Ayer el Sevilla FC no encontró un fútbol preciosita pero si una seriedad que se ha echado en falta en bastantes partidos de la temporada.
 
En definitiva, crecer en defensa nos ayudará a ganar partidos como local y visitante. Los equipos menos goleados siempre ocupan las primeras plazas por encima de los más goleadores. Por último, indicar que ahora mismo cuando escribo estas líneas ocupamos posición europea, el primer pasito se ha dado, esperemos que sea el definitivo.

viernes, 8 de enero de 2016

Pedro Berruezo un recuerdo vivo en el Condado de Huelva..

Hace tres años lo recordaba en el periódico digital Number 1 Sport y ahora quiero dejar constancia en mi rinconcito. Recupero parte de aquel artículo para homenajear a un grande del Sevilla FC que no puede permanecer en el olvido.

Sirvan estas líneas como recuerdo póstumo al primer futbolista profesional español que murió en un terreno de juego. Ayer 7 de enero se cumplió cuarenta y tres años de la tragedia de Pasarón, Fue en Pontevedra donde nos dejó uno de los nuestros. Nació en Melilla y defendió la camiseta blanca con el mismo orgullo y las mismas ansia de triunfo que nuestro canterano Antonio Puerta, se da la circunstancia que ambos jugadores eran zurdo y desarrollaban su futbol por el flanco izquierdo del terreno de juego.
 
Nadie puede olvidar nuestra historia llena de episodios míticos en los cuales se enlazan momentos llenos de éxitos con otros más infortunados pero debemos tener claro que la unión de ambos han ayudados a forjar la leyenda de este equipo. Junto a los nombres de los dorsales de leyenda: Arza,  Busto, Campanal, Achucarro,Valero, Lora y Sanjosé no puede faltar el de Pedro Berruezo.
 
Gracias a los aficionados de La Palma del Condado en la Federación de Peñas Sevillistas  quedará para siempre constancia de este jugador que consiguió dejar una huella imborrable. Aun hoy después de más de dos décadas se siguen reuniendo en torno a una copa de vino de nuestra tierra y hablando de la figura  de este prometedor deportista que fue internacional en las categorías inferiores de la selección española y vio truncada su trayectoria por una muerte inesperada, dejando a su mujer embarazada de un niño que treinta y cinco años después volvió a pisar el estadio donde su padre jugó sus últimos minutos.
 
Pasadas cuatro décadas en este pueblo de casa blancas  sigue vivo el recuerdo del pelotero grande que pasó a la otra vida con el emblema de nuestra sociedad en su corazón y permanecerá para siempre en nuestra memoria. Por lo tanto, en el corazón de Huelva pasaran los años vendrán generaciones nuevas de sevillistas pero todos tendrán la suerte de conocer el apellido “Berruezo” que no puede ser borrado de las crónicas del Sevilla FC, puesto que, igual que Antonio Puerta ambos son mitos del sevillismo.

lunes, 4 de enero de 2016

El 4-4-2. La perfección de hace una década.

Desde mi infancia recuerdo diferentes esquemas tácticos dibujados o plasmados en un terreno de juego y no sé si es virtud o defecto pero, siempre, lo asocio a distintos entrenadores que consiguieron llevarlo al máximo grado de perfección o alcanzaron el éxito con estos planteamientos. El 4-3-3 me hace mirar al norte porque Ormaetxea y Clemente con el juego por los extremos consiguieron cuatro títulos de liga para San Sebastián y Bilbao. El 5-3-2 de Toshack con el Madrid, de los record, de final de los ochentas y principio de los 90 con la puesta en práctica de los dos carrileros. El 3-4-3 de Cruyff con la primera etapa dorada del FC. Barcelona y su Copa de Europa. Dejando para el final el 4-4-2 sevillano y sevillista, hablar de este sistema es retroceder una década en el tiempo y recuperar fotogramas en mi memoria de un Nervión extasiado de fútbol, porque, fue en este barrio donde Juande Ramos encontró todos los aditamentos para convertir este boceto de la pizarra en cuadro de pintor caro en el verde tapete del Sánchez Pizjuán.

Fueron muchas horas de curso intensivo el vivido en esa vieja grada, de aquella tribuna alta de fondo, en tardes donde el sol futbolístico no se ponía nunca. Aprendí todas las variantes de este sistema y entendí que para llevarlo a cabo eran necesarias ciertas piezas que ya no están en el tablero de ajedrez donde hoy trabaja Unai Émery. Por esa instrucción recibida me permito la osadía de explicarle los motivos que le llevan al fracaso cada vez que intenta ganar una disputa con este croquis. Para comenzar le hago saber que usted en sus filas no cuenta con dos peloteros de las características de Renato y Kanoutte, piezas fundamentales para lograr los resultados obtenidos por el técnico de Pedro Muñoz. Se necesita un mediocentro de contención que sea rápido, presto al cruce y capaz de hacer las coberturas y al lado un jugador que haga una transición eficaz con buen manejo del balón, no pierda el sitio y este dotado de un buen físico. Además, de un delantero que controle y baje el balón al suelo, siendo capaz de jugarlo con sentido a las bandas o al otro punta y no sea, únicamente, una pared donde rebotan los balones.
 
En la actualidad la plantilla del Sevilla FC. cuenta con Banega en el centro del campo que no puede realizar esa misión porque su recorrido es corto y no puede guardar las espaldas como hacía el jugador brasileño o Iborra que no está preparado técnicamente para distribuir el juego y entonces nos limitamos al pelotazo desde la defensa. Arriba Llorente se encarga de saltar con los defensas y golpear el esférico sin sentido, no reteniéndolo ni prolongando de forma eficaz dando ventaja al otro punta. También otro error es la distancia entre las líneas, este plan requiere que el equipo este juntito para no hacerlo largo porque no hay un nexo entre la defensa, la media y la delantera. Es fundamental centrales veloces que corran hacia detrás porque la retaguardia juega adelantada y evitar los balones a la espalda. Escude y Javi Navarro cumplían perfectamente esa función e incluso, David, no subía, dejando este cometido a Alves que recorría la banda con gran velocidad y recuperaba fácilmente la situación defensiva. Por lo tanto, siempre había cinco puntales para defender cualquier jugada del contrario.
 
Ayer, en Granada, ninguna de estas directrices se verificaron y el fracaso estaba asegurado. Hace dos temporadas e incluso la pasada, si era posible con M´Bia y Bacca ambos cumplían la mayoría de los requisitos para asociar este sistema con el resultado óptimo. Por el contrario, con la plantilla que cuenta en estos momentos utilizar un 4-4-2 es sinónimo de derrota y esto debe ser tenido en cuenta por usted que es el profesional. Por lo tanto, no conviene volver a repetirlo, dejando al sevillismo con el buen sabor de boca del pasado y no nos haga maldecir este sistema que tantos títulos nos dio.