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viernes, 2 de octubre de 2015

Salvame Deluxe sevillista..

Como aficionado le doy mil vueltas a la situación del Sevilla FC, intento por todos los medios posibles encontrar una explicación a este momento que vive el equipo. Hemos pasado de la pretemporada más ilusionante en las últimas décadas a la desilusión más grande jamás conocida. Durante los mese de verano solo existían elogios al trabajo de Monchi, era la primera vez que en el periodo estival en un 90% se conseguía las primeras opciones. El seguidor jugaba a ser entrenador y formaba onces donde titulares y suplentes se confundían, el nivel de la plantilla era muy alto.

La pretemporada comenzó, al principio, los resultados no eran los mejores, sin embargo, estos encuentros sirven para conjuntar a los nuevos y formar un bloque. El examen importante era la final de la Supercopa y ese día después de una mala primera parte, en la segunda se tira, según los periodistas y entendidos, de casta y coraje, sacando a relucir eso que hizo grande al conjunto sevillista. La ambición de los futbolistas, la unión en el esfuerzo y la gran labor de Unai Émery consiguen poner contra las cuerdas al FC. Barcelona. En esa fracción de partido la pelotita entró.

A partir de ese momento, en un abrir y cerrar de ojos desaparecen los valores que fueron la base importante sobre la que se sustentaron la consecución de los dos títulos. Desde ese instante solo se conocen derrotas, porque los empates de Málaga y Levante no son buenos resultados y se pueden considerar fracasos. En la Sevilla rancia se inicia una fase donde emergen viejos fantasma del pasado relacionado con el ambiente en el vestuario, la amistad entre el entrenador y el presidente y la lucha de poder. Con la victoria a los alemanes el discurso cambia y se cambia pero esto no dura nada al caer derrotados de nuevo frente al Celta y Las Palmas.
 
Yo concibo que los profesionales y los aficionados busquen justificaciones a la mala clasificación y a la imagen dada por la plantilla y el cuerpo técnico. Sin embargo no estoy de acuerdo con las tonterías que se dicen en muchos sitios. El grupo de los franceses existía la temporada pasada, los problemas con jugadores también, hemos olvidado a Aspa y Deulofeu, la pelea por el sillón presidencial no es nueva. La única diferencia está en los triunfos antes se ganaba y ahora se pierde. Hay que aprovechar para vender y ganar audiencia. Esto tiene más morbo que discutir sobre la planificación de partidos en pretemporada con tantos viajes o el papel de Monchi en la no contratación de un portero o un lateral derecho de garantía o la falta de adaptación de algunos fichajes o el volumen de lesiones tan importante.
 
Por lo tanto, cada uno que escoja el camino que desee realizando una crítica de valor o cayendo en un Sálvame Deluxe sevillista.
 





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