Vistas de página en total

lunes, 31 de agosto de 2015

La forma de ser del aficionado sevillista.

La vieja Híspalis es una ciudad donde la ilusión surge en un abrir y cerrar de ojo, el hispalense no necesita tener casi nada para concebir grandes sueños, aunque, por el contrario, cae de manera fácil en la desilusión, no precisa de muchos acontecimientos para convertir lo blanco en negro. No se caracteriza por ser prudente o cauteloso, estos valores parecen que se borraron del ideal del sevillano. En Sevilla o todo está bien o todo está mal, o es de día y la luminosidad se apodera del paisaje, o es de noche y la oscuridad se adueña del espacio. En definitiva, el término medio y saber esperar no va con la gente de este trocito de Andalucía.
 
En Nervión, se pintan los asientos y las gradas, se colocan cuatro mensajes, unos telones mostrando nuestra grandeza y pasamos de una casa en ruina a tener el mejor palacio jamás edificado. Si bien, las estructuras son las mismas, nada más se ha modificado pero nuestro carácter apasionado no permite que esperemos al final para poder obtener las conclusiones y disfrutar con la obra concluida.  Teniendo como consecuencia que la imagen ideal creada se desvanezca cuando entras y te das cuenta que prácticamente la vida sigue igual, el interior no ha cambiado, los servicios están inundados y las barras siguen siendo tercermundistas.
 
Con la plantilla y el cuerpo técnico actuamos de forma idéntica, pasamos del ridiculo y del derrotismo al optimismo en nada de tiempo, el ejemplo más claro, fue la final de la Supercopa de Europa. En el descanso, éramos unos peleles en manos de unos hombres. Al final de los noventa minutos, David casi vuelve a vencer a Goliat por la aportación de los nuevos, la casta y el coraje. Al concluir la prorroga, quedamos contentos y nos congratulábamos de los piropos que el mundo entero del fútbol nos dedicaba. Sin embargo, nadie analizó con prudencia la situación, olvidando en aquel momento las carencias del conjunto. Hoy te das cuenta que el FC. Barcelona, a continuación, solo ha hecho tres goles en cuatro partidos, mientras a nosotros nos hizo cuatro en una parte. El tiempo nos dice que no debíamos esperar a la segunda jornada para darnos cuenta que no tenemos bloque, como dijo Unai Émery anoche.
 
Ayer al principio en el ambiente se notaba alegría, ambición y ansia por iniciar un nuevo camino llenos de triunfos, durante el juego la situación cambio, el rival también tiene sus virtudes ganando una batalla en la que nunca fuimos superiores. Este resultado nos transformó lo positivo en negativo, recuperando de nuestro armario el traje de frustrado que nos acompañará hasta el próximo triunfo y cambie el panorama. En esta tierra somos de esta forma, aquí pasamos del aplauso al pitido o de héroe a villano en un segundo es nuestra idiosincrasia que marca la vida de esta región.
 
Para finalizar, solo me queda por decir, que ni tan buenos ni tan malos, esperemos al final para hacer los juicios y no perdamos las esperanzas antes de tiempo porque aun quedan bastantes partidos. No es justo pretender un día sacar "bajo palio" a Monchi o Unai y al siguiente crucificarlos. Seamos sensatos y realistas nada se gana y se pierde en la segunda jornada, esperemos el discurrir de la temporada para comprobar si la labor realizada ha sido correcta. Esto no es cuestión de tapar bocas, sino de opinar con razón y fundamento, nunca movido por la indiferencia hacia la entidad o las personas.      

viernes, 28 de agosto de 2015

Hace 10 años. Un 28 de agosto del 2005.

El día 28 de agosto está marcado en la historia del Sevilla FC por varios motivos, desde el más triste hasta algunos que pasan desapercibido para la mayor parte del aficionado. En esta entrada, quiero recordar una de esas esfemérides que no es tan importante pero marca la historia de nuestro club. Hace una década se producía en el Sánchez Pizjuán el debut en partido oficial de Kanoutte, Maresca, Saviola y Palop. Con ellos comenzó una nueva era, como reza el lema de la campaña actual. Por ese motivo, me apetece recordar unas palabras que dedique a Andrés Palop el día de su despedida en la revista Number 1 Sport.
 
En el mundo del futbol todos los aficionados llevamos dentro un alma de entrenador o secretario técnico. En mi agenda ficticia el nombre de Andrés Palop quedó escrito una tarde nublada de la primavera sevillana del año mil novecientos noventa y ocho, cuando defendiendo la portería del Villareal, nos despojó de las escasas ilusiones de ascender a primera parando un penalti en el último minuto. Siete años más tarde aquel joven que se hizo grande en el Sánchez Pizjuán, devolviéndonos con creces lo poco que nos  arrebató en aquella jornada.
 
Palop fue un hijo agradecido que ve el futbol como un regalo de Dios, después de vivir una infancia donde conoció muy pronto la dureza del trabajo en el campo ayudando a su padre, sufriendo las inclemencias del tiempo, el frío del invierno con los campos helados llenos de escarcha y el calor asfixiante del verano valenciano. A pesar de todo, comenta que no cambia  ni olvida esta etapa de su existencia porque le enseñó los valores esenciales de la vida. Además, en los momentos difíciles, le valió para sacar la fuerza interna necesaria para seguir luchando por conseguir los objetivos. Igualmente, el prefirió que sus hijos conocieran el mundo del fútbol a semejanza suya sin presión, disfrutando del deporte desde la base en un conjunto de pueblo con pocos medios, compartiendo el terreno de juego en los entrenamientos con otros equipos, viajando con los padres en los coches particulares y jugando en campos de albero.
 
Fue un deportista que respetó a todos sus compañeros, que es capaz de reconocer que aprendía cosas de un juvenil en el día a día de los campos de entrenamiento, que en los momentos de triunfo nunca dejó de lado a su ídolo de la infancia, ni al compañero que compartió vestuario en la génesis del Sevilla campeón. Nadie puede olvidar el gesto de portar la camiseta de Arconada, un emblema y un icono en sus principios, en la final de la Eurocopa 2008, anteponiendo, en aquel momento, el homenaje al héroe derrotado en el Parque de los Príncipes, bajando primero al vestuario en busca de la casaca, por encima de la celebración con los compañeros en el campo. Aunque en su retina siempre quedará la imagen de aquel 19 de mayo del 2010 cuando levantó en persona junto al espíritu de Antonio Puerta, plasmado en la elástica con su nombre y el 16 eterno, aquella Copa del Rey celebrada en Barcelona, saldando la deuda moral contraída con el amigo caído que demostró carácter y compromiso con su club desde niño.
 
Arribó desde el levante español buscando  la gloria que le negaron en su tierra, no imaginando nunca las vivencias que disfrutaría en el barrio de Nervión, que jamás bajó los brazos para no sentirse derrotado, que percibió el cariño, aliento, apoyo y fidelidad de la afición sevillista, que guarda como mejor recuerdo en el Pizjuán el gol del jueves de feria que nos abrió la puerta de los triunfos por delante de cualquier parada, que saboreó las sensaciones contrapuesta de la soledad que vive un guardameta debajo de los palos al marca un gol en Donetsk, aunque se quede con sus intervenciones en la portería, que fue el único titular que disputo al completo cada una de las finales que supuso la consecución de seis títulos que  contribuyeron a forjar la leyenda de ser el mejor portero de la historia reciente del Sevilla FC.
 
Por último se caracterizó por su humildad dando las gracias en su despedida por la consideración tenida hacia su persona, que se marchó dejando la impronta de un profesional honesto, que dio todo por la entidad y que desea volver pronto a su casa para  desarrollar un nuevo ciclo como entrenador.
 
Han pasado diez años pero las vivencias y recuerdos de Andrés Palop siguen vivo en el barrio de Nervión.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Los motores para cambiar la sociedad.

Siempre, he dado mucha importancia a conocer la forma de pensar de cada individuo, por ello, me gusta leer, hablar y escuchar a todas las personas sin ningún tipo de distinción, además, en la actualidad, existe una ventaja con respecto a años atrás, debido a la posibilidad que nos presentan las redes sociales de interactuar con un espacio más amplio, permitiéndonos descubrir los razonamientos no solo de nuestro entorno sino también de lugares más lejanos, Últimamente, observo una corriente de opinión entre los ciudadanos y la clase política que tienden a pensar que los gobernantes son los encargados de producir el progreso de la sociedad. Personalmente, no estoy de acuerdo con esta idea y defiendo que son otros los capacitados para modificar el rumbo tomado por la humanidad.
 
Desde mi punto de vista, los políticos manejan los recursos económicos y deciden donde se invierte esos caudales necesarios para permitir el desarrollo de la colectividad. Nunca van a intervenir en la mejora de los pilares fundamentales que sostiene a la sociedad. Los avances los producirán los técnicos en la materia desde un científico, un médico, un economista, etc. El problema radica en el mal uso de esos capitales por parte de los mandatarios que la mayoría de las veces no miran por el bienestar de los ciudadanos y piensan egoístamente intentando conseguir un beneficio propio o de su círculo.
 
Inviertan en educación, doten de todos los medios necesario a los centros, exijan a los maestros y profesores su máxima dedicación y rendimiento porque de ellos depende el futuro de la nación, son los  facultados para formar profesionales suficientemente preparados para  el día de mañana, donde ellos serán los verdaderos motores que fomentarán el crecimiento de  la sociedad, proporcionando avances en cada uno de sus campos. Destinen dinero a la investigación, un país no puede quedar estancado, necesita seguir progresando en los diferentes ámbitos y eso se logra con la formación de equipos que se dediquen a abrir nuevas líneas de trabajo, que optimicen los dineros destinados, logrando soluciones a las dificultades planteadas.
 
Hay diferentes estudios realizados que certifican como países más avanzados aquellos que apuestan por un sistema educativo estable, solido y bien estructurado. Empleando gran parte de su patrimonio en la investigación y formación de los educadores. Por lo tanto, cada uno debe tener claro cuál es su misión, los políticos gestionar de forma correcta los dineros públicos y, también, muy importante pedir cuenta a los expertos de lo gastado en los distintos proyectos. Mientras, los especialistas deben rentabilizar al máximo los medios puestos a su alcance para cambiar el rumbo de la sociedad. 

lunes, 24 de agosto de 2015

¡Qué suerte tuviste Aquivaldo Mosquera!

Creo en la crítica imparcial, justa y objetiva, donde no influya ninguna circunstancia que pueda cambiar la opinión sobre un mismo hecho a enjuiciar. Respaldo el análisis sensato como medio para mejorar, crecer y alcanzar los objetivos. Sin embargo, no puedo estar de acuerdo con un juicio parcial, injusto y subjetivo. Defiendo la coherencia como parte fundamental para participar en cualquier foro de debate, sin la presencia de este valor no tiene sentido la porfía. Tengo claro que la perfección es imposible de obtener, el progreso siempre es factible aunque existan limitaciones que obstruyan el acercamiento a la situación ideal. En definitiva, yo quiero críticas constructivas y no destructivas.

Mi equipo no es el mejor pero tampoco el peor, no me niego a disfrutar del momento actual de la entidad donde los triunfos superan a las derrotas, no quiero que nadie enturbie las expectativas creadas para la temporada cuando está comenzando y ninguna plantilla despunta en la liga a estas alturas y los conjuntos presentan la mismas virtudes y defectos, no deseo ser compañero de viaje del sevillista dolido que habla desde la posición del ofendido o desterrado, no alentaré al seguidor que intente remover las brasas para avivar el fuego porque a estas alturas no hay obligación de sacar la manguera y apagar fuegos innecesarios, reniego del sevillista que no hace mucho disfrutaba de la sonrisa de Monchi cuando planteaba el equipo a principio de junio y ahora a las primeras de cambio no confía en las incorporaciones.
 
Con este planteamiento no estoy censurando al sevillista fiscal que intenta exponer las carencias de un plantel de manera sensata, que busca aumentar la competencia en algunas posiciones para luchar por cotas más altas, que desde esta visión muestra su ambición por ser más grande y no conformarse con lo conseguido y que siente los colores pero piensa más con la cabeza que con el corazón. Por el contrario, si  rechazo al que es injusto con los míos y consigo mismo, al que obstaculiza la labor de futbolistas, técnicos, empleados y consejeros con motivos contrarios a sus principios no hace mucho tiempo, al que antes daba la cara y en estos momento no tiene ninguna palabra ilusionante para una parroquia que sueña con una temporada ambiciosa llena de nuevos retos.
 
Yo respeto la visión de cada uno de un mismo hecho, no todos podemos ver la botella medio llena, eso no significa que me sienta más sevillista que el aficionado que la percibe medio vacía. Soy positivo porque la experiencia de los últimos años me hace confiar en el trabajo realizado, no podemos vender la piel del oso antes de cazarla pero, tampoco, pensar que no la vamos a atrapar cuando los cimientos se han puesto de forma apropiada. Por lo tanto, no comparto el pesimismo instaurado en parte de la afición sobre los nuevos fichajes, los cuales deben pasar un periodo de adaptación o no nos acordamos de Pareja o Banega.
 
En fin, la suerte fue de Aquivaldo Mosquera porque si su llegada coincide con un contexto igual al que se vive en la actualidad,  sin abogado defensor, las redes sociales serían una humillación constante hacia su persona.

jueves, 20 de agosto de 2015

Escribo por el solo placer de escribir para ustedes.

Era julio del año pasado, cuando una mañana tranquila, como me gusta llamarla en estos meses de verano donde los maestros vivimos bien, recordé que a principio de mayo había creado un blog en un curso online. Nunca mi intención fue la de convertir este rinconcito en un lugar vivo, sino más bien, era algo nacido con una fecha de caducidad rápida. Sin embargo, en aquel momento iniciamos una amistad que nos ha hecho inseparable, algunas veces me planteo cual es la motivación de continuar siendo fiel cada semana a este rinconcito donde siempre hablo yo, llegando a los cien monólogos.
 
He dado muchas vueltas buscando una respuesta a mi planteamiento, por mi papel de científico he supuesto muchas hipótesis. Algunas se basaban en el afán de protagonismo al contemplar mis artículos enlazados en web de gran audiencia, otras en tener un lugar propio para poder expresar mi opinión libre sin necesidad de tener que dar explicaciones a nadie o en la superación de crecer en el número de visitas, porque en la vida hay que tener retos, no podemos dejarla pasar siendo unos parásitos sin tener un aliciente por el que luchar. 
 
Con el tiempo deseché todas estas suposiciones y me quede con el único motivo por el cual escribir aquí no se convierte en una obligación. Me di cuenta que el impulso definitivo me lo aportáis ustedes, desde aquel primer compartir en Facebook de mi mujer o en Twitter de mi prima Gloria, siguiendo con los comentarios por la calle de Pedro, en el colegio de Damián o Miguel Ángel y en el Google de Mari Teo, o los me gustas de mi hermano Manolo, mi cuñado del mismo nombre, Juan José, Dolores, Antonio, Ignacio, José María, Luís, Miriam,  Isabel, Ramón, mi prima Chari, Juan y Valle o la lucha de María por el protagonismo tomado por el fútbol. Con el paso de los meses, somos más, hemos aumentado la cuadrilla, se han unido nuevos compañeros de viaje formando una familia mayor alrededor de una Cuesta de Baratilla.
 
Por lo tanto, la razón de conservar este sitio está clara: "Escribo por el solo placer de escribir para ustedes". 

martes, 18 de agosto de 2015

Dos prorrogas. Treinta años de diferencia.

Nos situamos en la mitad de la década de los ochenta. El fútbol de verano era muy distinto al actual, las giras por Asia, América u Oceanía era algo utópico. La pretemporada venía marcada por los torneos de verano en distintas ciudades españolas. Destacando los celebrados en Huelva, Cádiz y A Coruña. Trofeo como Colombino, Carranza y Teresa Herrera eran citas significativas en el panorama nacional de los meses estivales. Dichas capitales de provincias vivían la fiesta del fútbol durante un fin de semana donde acudían los principales equipos de España, Europa y Sudamérica que competían con sus conjuntos, los cuales, militaban en categorías inferiores del balompié nacional.

Los aficionados tenían la posibilidad de ver partidos de alto nivel en ciudades que durante el año adolecían de dicha posibilidad. Siempre me cautivo el ver los campos llenos y la competitividad que existían en estos trofeos que con el tiempo ha venido a menos. Centrándonos en nuestro equipo, con la desaparición de Ciudad de Sevilla que tan buenos momentos hizo vivir a los aficionados de los dos equipos hispalenses, un buen Colombino o Carranza suponían la mejor campaña de abonados, aumentando el número de socios en una cantidad importante y un mal torneo implicaba una pequeña crisis.

Hace treinta años, un 18 de agosto, se disputaba en la cercana Huelva, a orillas del Tinto y el Odiel el encuentro decisivo para conseguir la Carabela de Plata. El barrio de Isla Chica vestía sus mejores galas para la celebración de la final. El partido enfrentaba al Sevilla FC de Manolo Cardo y al At de Madrid de Luís Aragonés, vigente campeón de la Copa del Rey. Los madrileños se adelantaron con dos goles de Quique Ramos y Arteche que fueron contrarrestado por Montero al transformar dos penaltis, llegando a la prorroga, donde José Luis, sentenció el choque dando la victoria al Sevilla FC. Recuerdo la remontada narrada por Sánchez Araujo como la victoria más importante de mi infancia, no tengo necesidad de buscar en hemerotecas para acordarme de la fecha. Este triunfo suponía una hazaña, puesto que, era lo máximo, a lo cual, aspiraba la escuadra de Nervión. 

Hoy, aquella gesta con tintes épicos, para los noveles, no tiene ninguna importancia si se compara con los títulos cosechados en los últimos nueve años, A ningún aficionado joven se le ocurrirá equiparar la prorroga de hace tres década con la celebrada hace justo una semana en Tiflis porque ellos solo ha presenciado finales de este nivel y no han convivido con los momentos difíciles, cuando los objetivos no se podían asemejar con los de ahora. Disfrutar del Colombino te hace gozar más de los momentos que vive la entidad en el presente.
 
Por lo tanto, a diferencia de los jóvenes, yo puedo corroborar el salto de calidad, ya que, hemos pasado de jugar una prorroga en la capital onubense a disputar una en la final de la Supercopa de Europa.  Mientras los sevillistas de esta generación dicen: "Somos grande". Los de mi generación o anteriores decimos. "Somos más grandes" 

sábado, 15 de agosto de 2015

El carro se ha vaciado. Hay sitio para subirse.

La parte rojiblanca de la ciudad vive confundida debido al desarrollo de los últimos partidos disputados por el Sevilla FC. El equipo ha generado dudas con respecto al potencial de la plantilla. No hace mucho, varias semanas atrás, el aficionado, en su pizarra ficticia, garabateaba onces imaginarios donde la calidad era la base principal de cada uno. No faltaban centrales, los porteros valían y los fichajes superaban con creces las bajas. El sevillismo se vanagloriaba del buen trabajo realizado por los profesionales del club encargado de esta parcela. Sin embargo, el desarrollo de la pretemporada ha cambiado la opinión de una mayoría de seguidores.
 
Mi experiencia en el mundo del futbol me dice que cualquier plan no se puede considerar acertado o no hasta que se dé por concluida la temporada. Sirva como ejemplo el partido de la Supercopa, si Reyes, Gameiro y Konoplyanka no colocan el balón dentro de la portería del Barcelona estaríamos hablando de un encuentro donde el Sevilla FC rozó uno de los mayores ridículos de su historia y nunca de un gran proyecto deportivo por parte de Monchi. El honor, la casta y el coraje habrían quedado enterrados en la lejana Tiflis. El Sevilla FC iguala el partido por los argumentos futbolísticos que atesoran sus jugadores, porque si los partidos se ganan por raza y bravura que pongan a once Biris y ganamos por goleada. En Roma, jugamos andando los primeros cuarenta y cinco minutos, sin actitud y en esa circunstancia, la aptitud es un cero a la izquierda.

No podemos cambiar la opinión sobre un profesional en función de un resultado, no es correcto quedarse, del partido frente al Barcelona, solo con lo positivo porque esas virtudes no pueden tapar los defectos. Un profesional no es malo en el descanso y bueno en el minuto noventa, debemos observar el total del encuentro y analizar los fallos y los aciertos siendo objetivos. En estos momentos, nos movemos por unos derroteros equivocados, no es justo destruir el proyecto creado por Monchi por dos partidos de pretemporada con algunos errores. Aunque, personalmente, me duele la duda generada sobre jugadores que nos han dado la gloria hace poco tiempo. Esta permitido recelar del nuevo por lo desconocido pero jamás del que ha demostrado con crece su valía.

Por lo tanto, parece que el carro del optimismo se está vaciando, hay plazas libres para nuevos inquilinos que piensen a largo plazo, en lugar de a corto,  porque el triunfo no es fácil y cuesta bastante  esfuerzo conseguirlo. Yo seguiré manteniendo la mía y espero como en los dos cursos pasados ir recuperando compañeros de viaje con el trascurrir de la temporada. Al final lo único que vale es si la pelotita entra, aunque sea en la parte final, todo se da por bueno e incluso puedo asegurar que hasta titulares de prensas cambiaron el pasado 11 de agosto donde algunos periódicos tachaban la final de fracaso histórico y un gran número de jugadores no daban la talla en los partidos que decidían los títulos. La opinión es libre pero cuidado porque la fábrica de humo aun continua produciendo títulos. 

miércoles, 12 de agosto de 2015

La consistencia del grupo base del éxito.

El verano es tiempo de vacaciones donde la calma gana terreno a la ansiedad producida por los días de dura faena. Es un periodo que debemos aprovechar para reponer fuerzas y poder plantearnos nuevas metas como objetivo en un futuro próximo. No está permitido estancarnos, la vida no nos dará la oportunidad de volver atrás y recuperar lo perdido, es necesario buscar proyectos ilusionantes para sentirnos realizados y  avanzar con la sociedad. Es obligatorio seguir creciendo y, para ello, es fundamental que lo colectivo se imponga a lo individual, la fortaleza y unión del grupo deben ser los cimientos sobre los cuales se edifiquen las nuevas obras.

Me considero un incondicional del trabajo en equipo, si miramos alrededor nos daremos cuenta que en todos los espacios que ocupamos nos encontramos rodeado por agrupaciones de personas que debemos compartir un mismo territorio y convivir en armonía, cumpliendo cada uno con la responsabilidad asumida. La familia, el trabajo, el grupo de amigo, el club o asociación son conjuntos formados por más de una persona, por lo tanto, la individualidad es un concepto que debe ser desterrado porque es importante la participación y el aporte de la totalidad de los miembros, ninguno se debe sentir apartado o tener la sensación de no pertenencia.

Uno de los principios elementales que gobierna mi existencia se basa en la supremacía del colectivo, es más fácil alcanzar el éxito desde la aportación grupal que individual, aunque lo difícil es mantener la alianza dentro del grupo. No me inquieta, nunca,  los ataques del exterior, puesto que, son fuerzas opresoras que actuarían sometiendo al conjunto. Irían en sentido de fuera a dentro y como consecuencia produciría un acercamiento de los individuos, logrando una mayor unión, repercutiendo de forma favorable en el funcionamiento, ya que, la totalidad intentarían liberarse de esa dominación remando en una misma dirección y sentido, sumando los esfuerzos. 

Por el contrario, me preocupa las luchas internas, este hecho repercute en una disgregación del grupo, el cual, se dividirá en pequeños Reinos de Taifas, el más poderoso intentará tiranizar a los demás, en este caso, darán lugar a batallas internas que destruirán al grupo. Las fuerzas en este caso tendrán sentido de dentro hacia fuera, en lugar de unir tendrá un efecto negativo porque el fin será distanciar a las personas, las cuales, no avanzarán en la misma dirección y sentido produciéndose choques entre las partículas que componen el círculo cerrado. Su resultado final será la destrucción de la tarea realizada a lo largo de tantos años.

En conclusión, debemos ser listos y tener las ideas claras. Hay dos dichos que ayudan a comprender este escrito. El primero dice: "La unión hace la fuerza". El segundo dice: "Divides y vencerás". Somos libres de elegir uno de los dos, yo tengo clara mi elección me decanto por el inicial.

lunes, 10 de agosto de 2015

La difícil dualidad profesional-sentimental.

Es complicado compaginar dos funciones en una mismo espacio y en el mismo instante, el profesional del fútbol no puede confundirse con el seguidor, porque sus fines son distintos,  el trabajador del balompié piensa en su futuro siendo lo primero el dinero y este es mal compañero de viaje porque puede traicionar a los sentimientos, por el contrario, el aficionado no manipula con caudales, solo se mueve por el amor a unos colores, no se venderá nunca ni pondrá precio  a sus ideales permaneciendo, siempre, fiel al escudo que de niño lució en su primera equipación.
Por mi edad, sobrepasado los cuarenta, esta realidad la he vivido más de una vez, en la mayoría de las situaciones las ganancias del profesional acaban derrotado a la pasión del sevillista de a pié. El jugador decide abandonar su estadio, dejando de lado el cariño de una parroquia que en los malos momentos lo ha arropado para hacer más leve el sufrimiento, quedando vacío una fracción del corazón de la hinchada. Además, pierde parte de su honor al no cumplir la palabra dada al primer amor cuando juró fidelidad eterna a la mujer de su vida, sin pensar que la debilidad le llevaría a caer rendido a las primeras proposiciones de una nueva dama de mayor riqueza olvidando el pasado y pensando en un presente de grandes ostentaciones, aunque en el camino dilapide otros valores incompatibles con el aumento de capital.
Con el paso del tiempo, el sentimentalismo se apoderará de la persona y recordará todo aquello que la ceguera del botín encontrado le solapó, desenterrará de su memoria las imágenes de la ciudad más bella que florece en el planeta tierra, donde la primavera gana terreno al invierno y en sus calles pasean gente sencilla, fiel y honrada que dona al forastero toda sus pertenencias. Cada triunfo será una evocación a los cosechados en el barrio de Nervión puesto que una conquista no solo supone el tesoro sino también el compartirlo con los tuyos y nunca una fiesta tendrá el colorido de las vividas en el Sánchez Pizjuán porque Sevilla patento el tener un color especial.
Lo siento, pero yo no distingo entre el buen y el mal sevillista, para mí no existen diferencias con Sergio Ramos, un enemigo indiferente en el campo que intentarás robarme la copa durante noventa minutos, tengo la certeza que no perdonarás a mi equipo si tienes la oportunidad de conseguir un gol porque el profesional juega, ahora,  en una región que no tiene claro si quiere pertenecer a mi nación. Y en la grada serás uno de los últimos porque los primeros, para mí, son los que anteponen el sevillismo al dinero, que roban tiempo a sus vidas para seguir al club de sus amores por todo el orbe mundial y que lloran en las derrotas y los triunfos junto a los suyos cada día de partido.
Por lo tanto, perdóname Ivan Rakitic, tus palabras no me conmueven, yo me considero de la escuela de Bilardo y los míos son los de colorado. Tú decidiste cambiar ese color, el día 11, nuestros intereses serán contrapuestos porque en la dualidad profesionalidad-sentimentalismos fuiste un perdedor ya que antepusiste las treinta monedas de oro al sentimiento.     

jueves, 6 de agosto de 2015

El soterramiento de un portero.

En esta entrada me apetece hablar de la trayectoria, en el club de su vida, de un portero maltratado por su presente actual, y por ciertos personajes del pasado que generaron sobre su trayectoria una fábula donde preponderaban las sombras sobre las luces. Es muy común escuchar por parte de los aficionados, incluso por los jóvenes que no coincidieron en un terreno de juego con el profesional, calificativos desacreditando su carrera bajo los palos. No es mi pretensión colocarlo entre los diez mejores porteros de nuestra historia, porque ese lugar está ocupado por héroes que en algunos casos alcanzan la categoría de mito. Mi intención no es hacerle un hueco entre los Eizaguirre, Busto, Mut, Rodri, Superpaco, Gustavo Fernández, Buyo, Dassaev, Unzué y Palop que ocupan el cuadro de honor de nuestra entidad en esta demarcación pero si reconocer sus meritos y hacer justicia con la persona.
 
Sus primeros pasos en la entidad estuvieron marcados por otros acontecimientos que escondieron sus actuaciones en el césped. Debutó en el viejo Anoeta, una tarde nublada del mes enero, jugando 87 minutos con una luxación en el dedo, siendo calificado por ABC de Sevilla con un dos. No obstante, su bautismo en primera división quedó ensombrecido por la acción de Toni Polster tirando la camiseta del equipo al entrenador Vicente Cantatore al ser sustituido. Posteriormente, hubo de esperar  hasta marzo para confirmar la alternativa en el Sánchez Pizjuán, el día 17, parando una pena máxima, y considerado, el mejor del encuentro por la prensa, aunque otra desgracia solapó el trabajo realizado, en esta ocasión, Domingo Serrano, un experimento de lateral derecho, regaló el gol del empate y la grada aprovechó para sacar fuera los demonios contra el técnico chileno. 
 
Teniendo en cuenta estos datos sobre su estreno en la liga pocos serían los sevillistas que acertarían el nombre del arquero, porque, para un gran número, Monchi es recordado por el gol que se metió en propia puerta en el Molinón el año de su debut, las parodias de Alfonso Arús en el programa Al Ataque de Antena 3 como ayudante de Bilardo, la aciaga tarde de la Real Sociedad con tres goles en los cinco minutos finales y la eliminación copera frente al Isla Cristina. Sin embargo, yo me quedo con sus estrenos, el partido de Oviedo después de 87 jornadas seguidas de suplente, la gran tarde del Calderón, en la temporada 95-96, siendo parte fundamental en la salvación del equipo esa campaña aciaga iniciada con el descenso administrativo y el papel principal en el año del ascenso con Marcos Alonso. En todos los porteros hay aciertos y fallos, el inconveniente resulta cuando, únicamente, se inmortalizan los errores.
 
Por lo tanto, pienso que no es justo resumir su vida con la frase: "Monchi es un gran secretario técnico pero fue un mal portero". Además, pretendo eliminar esta idea justificándola con los números. Vamos a recoger en un gráfico los goles por partidos de los arqueros del Sevilla FC que disputaron más de 20 partidos a partir de su debut  en la temporada 90-91 y observareis unos resultados que no serán los esperados. Con esto se demuestra el soterramiento del deportista por las conquistas del ejecutivo. Ahora, cada uno puede obtener sus conclusiones, teniendo en cuenta que los números no engañan.

PORTERO
PARTIDOS
GOLES
GOLES POR PARTIDO
Unzué
222
273
1,22
Monchi
85
99
1,16
Casagrande
31
33
1,07
Leal
24
30
1,25
Olsen
33
46
1,39
Notario
124
122
0,98
Esteban
57
67
1,18
Palop
217
252
1,16
Javi Vara
60
82
1,36
Beto
65
86
1,32
Sergio Rico
21
24
1,14




lunes, 3 de agosto de 2015

Sin respeto no hay autoridad.

Paseaba, hoy, con mi hija pequeña por las calles del pueblo en una mañana nublada, aunque de gran bochorno, como gusta decir por este lugar, los días donde las nubes hacen acto de presencia sin disminuir las temperaturas. Iba pensando la manera de enfocar la entrada de hoy en mi blog, tenía la intención de garabatear unas líneas sobre el lado más desconocido de Monchi, su etapa bajo los palos, defendiendo el escudo del Sevilla FC. No obstante, la visión de un hecho ha cambiado el planteamiento y me apetece escribir sobre dos términos que deben ir de la mano en la sociedad que nos ha tocado vivir.
 
Las épocas cambian, hace varias décadas, en España, la autoridad era una palabra huérfana, no tenía necesidad de ir acompañada de ninguna otra. Vivíamos en un régimen autoritario, donde el poder se ejercía y se entendía de una forma muy distinta a la actual. El pueblo, en su mayor parte, acataba las conductas y los modos de expresarse de los mandos o las jerarquías instituidas por el régimen. Nadie olvida la soberanía que otorgaba al profesional de la educación la frase lapidaria "el maestro siempre lleva la razón". Esta expresión, igualmente, se extrapolaba a los agentes que velaban por la seguridad tanto nacional como local.
 
Sin embargo, las inquietudes de los individuos y el sometimiento, hasta cierto punto, hace revelarse a las personas y luchar frente aquello que creen injusto. Nuestra nación, en el año 1978, ratificó por referéndum la Constitución aprobada por las Cortes en sesión plenaria del Congreso de los Diputados y del Senado celebrada el 31 de octubre del mismo año. La apertura a la democracia obligaba a una metamorfosis a los miembros que ejercían las profesiones donde se realizaba un ejercicio de dominio sobre los demás.
 
La transformación tiene como, principal, consecuencia que el vocablo autoridad deja de estar desamparado y se debe acompañar de la palabra respeto. Nadie, ha perdido sus atribuciones, lo único, que tenemos la necesidad de saber gobernar desde la fusión de ambos términos. En la actualidad, el poder no lo da la fuerza porque la sumisión no se concibe en el periodo vigente, sino se consigue desde la obediencia ganada por el buen uso de las herramientas puestas a nuestra disposición. Esto no quiere decir que las leyes no se cumplan, estoy de acuerdo en llamar la atención, pero no se puede poner en peligro la dignidad del ciudadano. Por lo tanto, espero y deseo no volver a observar este episodio por las calles de esta villa señorial.