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martes, 2 de junio de 2015

La mesita de noche.

Todos los éxitos de la primera etapa dorada del Sevilla FC se fundamentó en el lema: "Vender para crecer". La entidad había trazado unas líneas maestras donde priorizaba los traspasos de jugadores para aumentar el  capital y tener capacidad para adquirir futbolistas jóvenes con futuro que elevara el nivel deportivo de la plantilla. La entidad siguiendo el plan marcado realizó varias operaciones como la salida de Reyes y Baptista. Siempre he pensado que el sevillismo estaba preparado para la partida de ambos. Sin embargo, la afición nunca ha llegado a asimilar la marcha del canterano que junto a Jesús Navas comenzó a rellenar el hueco dejado por el niño de Utrera.
 
Recuerdo al concluir el primer partido de liga de la temporada 2005-2006, las declaraciones de Sergio Ramos: "Mi futuro no me lo puede hipotecar nadie, quiero crecer y ganar títulos y el Sevilla FC no me los dará. Me quiero ir al Real Madrid". Fue un duro golpe, difícil de digerir para una parroquia soñadora que veía en este camero a nuestro "Cid Campeador" para liderar nuestras huestes tanto en España como en Europa. El Sánchez Pizjuán creía en la personalidad de este defensa como pilar principal donde sustentar un proyecto sólido para pelear con los grandes de la vieja piel de toro. Fue duro escuchar las palabras que nos devolvían de golpe a nuestra realidad, los sueños de alcanzar metas más altas quedaban relegados a un segundo plano, aquellas frases nos indicaban que las copas, siempre serían propiedad de otros.
 
En el ocaso del periodo de fichajes, se confirmó la noticia, el rico sometía al pobre indefenso y le robaba a su bien más preciado. Su ausencia se intento disimular con la llegada de un desconocido, Ivica Dragutinovic. Con el paso del tiempo demostró ser un profesional serio, honrado, integro y fiel. Conectó perfectamente con la idiosincrasia del club, demostrando tener personalidad y ser capaz de mantener un vestuario que se desgataba en las relaciones personales del grupo. En lo personal, existe una imagen que guardo en mi retina y nunca borro porque demuestra lo grande que fuimos cuando se hizo bien el trabajo. No olvido el día de la despedida en el estadio, en la portería del Gol Norte, se situó una gran mesa donde descansaban los trofeos cosechados por el croata. Eran ocho los galardones que representaban a la Copa del Rey, Europa League, Supercopa de España y Europa y mejor equipo del mundo. Por el contrario, si en aquel momento hubiera finalizado la carrera futbolística Sergio Ramos, el Real Madrid podría haber sacado una mesita de noche donde tendría cabida las tres únicas copas conquistada por el club que garantizaba las noches de gloria.
 
En estos momentos el Sevilla FC vive una situación parecida, en la planta noble se está realizando una labor que se asemeja bastante a los años dorado, por lo tanto de usted depende Unai, si quieres para tu despedida un gran tablero o una mesita de noche. Yo lo tengo claro, ahora la pelota está en tu tejado, no seas torpe en el instante clave y no dejes pasar la oportunidad de continuar en el mejor equipo del mundo.   

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