Vistas de página en total

sábado, 28 de marzo de 2015

Andalucía: el castillo de las mentiras.

 
"Todos los duendes se dedicaban a construir dos palacios, el de la verdad y el de la mentira. Los ladrillos del palacio de la verdad se creaban cada vez que un niño decía una verdad, y los duendes de la verdad los utilizaban para hacer su castillo. Lo mismo ocurría en el otro palacio, donde los duendes de la mentira construían un palacio con los ladrillos que se creaban con cada nueva mentira. Ambos palacios eran impresionantes, los mejores del mundo, y los duendes competían duramente porque el suyo fuera el mejor.

Tanto, que los duendes de la mentira, mucho más tramposos y marrulleros, enviaron un grupo de duendes al mundo para conseguir que los niños dijeran más y más mentiras. Y como lo fueron consiguiendo, empezaron a tener muchos más ladrillos, y su palacio se fue haciendo más grande y espectacular. Pero un día, algo raro ocurrió en el palacio de la mentira: uno de los ladrillos se convirtió en una caja de papel. Poco después, otro ladrillo se convirtió en arena, y al rato otro más se hizo de cristal y se rompió. Y así, poco a poco, cada vez que se iban descubriendo las mentiras que habían creado aquellos ladrillos, éstos se transformaban y desaparecían, de modo que el palacio de la mentira se fue haciendo más y más débil, perdiendo más y más ladrillos, hasta que finalmente se desmoronó.

Y todos, incluidos los duendes mentirosos, comprendieron que no se pueden utilizar las mentiras para nada, porque nunca son lo que parecen y no se sabe en qué se convertirán."
El cuento fue escrito por Pedro Pablo Sacristán y refleja la realidad de nuestra Andalucía durante cuatro años no dedicamos a hablar sobre la crisis que asola nuestra región, basándonos, por ejemplo, en los datos del paro. Somos la Comunidad Autónoma con mayor número de parados de España, además, las cifras dicen que estamos por debajo en muchos de los parámetros que miden la calidad de vida de una sociedad. Durante este periodo de tiempo sacamos el hacha de guerra contra la corrupción que cubre la mayor parte de los informativos y hojas de periódicos de nuestra tierra. Los ciudadanos se sienten engañados y defraudados por esas personas que han faltado al respeto a la gente sencilla que un día depositaron su confianza en ellos para solucionar sus problemas.
Ningún sector de la población se siente satisfecho con la situación que le toca vivir. Los jóvenes siente la necesidad de encontrar una oportunidad en su terruño aquel que lo ha visto nacer, pero el escenario donde se desarrolla su vida se lo niega y su única solución es salir de este sistema para remediar su futuro. Los empresarios luchan contra las injusticias, no entienden cómo están sometidos a la tiranía de administraciones que no ayudan a sacar adelante sus negocios y las casas de sus trabajadores. Hablando con algunos me contaban la cantidad de inspecciones que sufren porque los funcionarios tienen que hacer su trabajo y cada vez hay menos empresas, las visitas crecen porque ellos tienen que justificar su faena. Sin embargo, no se puede luchar con el comercio o la práctica desleal porque no se tiene constancia y el empresario debe denunciar.
Por lo tanto, en Andalucía con cada queja se genera un ladrillo que se utiliza para crear un inmenso castillo que con el final de cada legislatura se vuelve a derrumbar convirtiéndose los elementos ornamentales en arena que se lleva el viento. Con esta entrada no quiero criticar a los políticos que rigen los intereses de la población, sino, por el contrario, a los miembros que la forman porque no entiendo los reproches cuando llegado el momento no queremos cambiar y dar la vuelta a la "tortilla", buscando un horizonte nuevo que ayude a enderezar los problemas que nos acechan en cuatro años y se olvidan por un día para seguir viviendo otros cuatro de la misma forma.
Yo lo tengo claro el pasado domingo los andaluces en gran parte me dio a entender que deseaba seguir viviendo igual, construyendo su castillo que el tiempo derrumbará para volverlo a construir.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario