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sábado, 27 de diciembre de 2014

Los Herodes del siglo XXI.

El día 28 de diciembre se recuerda por parte de la iglesia católica la masacre protagonizada por parte del Rey Herodes I el Grande. Ese día mandó matar a todos los niños menores de dos años, para asegurarse la muerte del Mesías, que según los profetas sería el futuro Rey de Israel. Con el paso del tiempo en los países europeos y sudamericanos este día se ha convertido en una fecha donde las bromas toman especial protagonismo. De esta forma se representa en la persona que sufre la inocentada al pequeño que sin ninguna culpa fue humillado por el poderoso.
 
En nuestra sociedad, 2014 años después de este linchamiento, seguimos sufriendo el castigo de los Herodes de nuestro tiempo. En la actualidad, en este país llamado España, son muchos los altos cargos que aprovechan su poder para azotar a los ciudadanos desamparados. Es cierto, que no se llega a la muerte física, cómo sucedió en la antigua Palestina, pero la humillación, el desprecio y la degradación que sufren los españoles, por parte de estos gobernantes, insensatos e imprudentes, llegan a extremos que se asemejan en algunos aspectos al abuso de poder sufrido por los habitantes de Belén.
 
Es difícil seguir viviendo en un estado donde cada día nos levantamos con un nuevo episodio de corrupción. Es injustificado el uso indebido del dinero público, por parte de los Herodes del siglo XXI, no es procedente observar como se pierden los recursos económicos por la falta de escrúpulo de muchos de estos embajadores de la mentira, mientras se pasa miseria en gran cantidad de hogares. Es justo reconocer, en este momento, la labor que desarrolla Caritas Parroquial. La Iglesia Católica, igual que en el año cero, perseguida y menospreciada, por los nuevos líderes que prometen la abundancia para luego no dar nada , sigue ayudando a las familias más necesitadas, sin pedir nada a cambio.
 
Igual que el Rey Herodes, los actuales, son egoístas, únicamente piensan en mantener su absolutismo, no quieren perder su estatus, no actúan buscando lo mejor para el pueblo, ellos luchan por mantener su posición porque para algunos es su medio de vida. El problema es que cada cuatro años necesitan del Santo Inocente para seguir sentado en el trono y es entonces cuando se ponen la careta de cordero que tapa su verdadera piel de lobo.
 
Por lo tanto, podemos decir que la vida sigue igual, después de tantos años, no hemos conseguido eliminar a Herodes de la sociedad, la cual, continúa inundada de Santos Inocentes que sufren las aberraciones de los prepotentes y sueñan con acabar algún día con esta dura realidad.

   



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