Vistas de página en total

lunes, 25 de agosto de 2014

Antitaurinos: el derecho a la vida.

A la sombra de la torre entre los palmerinos que cada mañana se cobijan del sol veraniego se ha recuperado como tema de conversación la tauromaquia, después de veinte años la fiesta nacional vuelve en el mes de septiembre a La Palma del Condado como una de las actividades que completan el cartel de una fiesta de la vendimia dedicada a al mundo del toro. Este hecho ha creado una cierta expectación entre los vecinos debido principalmente a la novelería por algo nuevo. En la localidad hay grandes aficionados que cada temporada acuden a las principales plazas de las capitales cercanas para presenciar festejos taurinos pero no se percibe esa tradición taurina en la idiosincrasia de un pueblo que fomenta más otro tipo de actos culturales. Debido a esta circunstancia me ha llamado poderosamente la atención el debate creado en las redes sociales sobre la conveniencia o no de la celebración de dicha corrida de toros.

Nos ha tocado vivir un tiempo donde es fácil crear porfías por cualquier cuestión que surja, sin tener en cuenta la lógica y el respeto. Es fácil encontrar en cualquier foro de discusión personas que no saben exponer sus ideas para defender una postura que cree justa porque fallan los argumentos, apareciendo los descalificativos como punto final de la conversación. Observo que la mayoría de las veces se apoyan tendencias más por modas que por creencias en lo que realmente estamos defendiendo, porque en situaciones similares de defensa del mismo criterio se cambia de postura.

No me considero un gran aficionado a los toros, aunque, confieso que siento un pellizco en mi interior cuando contemplo una buena faena y se diferenciar un buen pase de un trapazo. Sin embargo, esto no quita que entienda y comprenda la forma de pensar de personas que solo perciben el sufrimiento de un animal durante la lidia. Por lo tanto, veo justo que cada individuo respalde la postura que crea oportuna siempre, como he dicho anteriormente, basándose en razones coherentes como puede ser la defensa de la vida de un ser vivo. Es cierto que durante la lidia el toro está expuesto a situaciones que conlleva el tener que soportar castigos y aparece el dolor que va mermando su fuerza, este estado donde comienza a manar la sangre puede producir malestar a los miembros de asociaciones que luchan por el amparo y conservación de la vida frente a la muerte aunque por parte de aquellos que están a favor se aprecie una expiración digna del toro de lidia, afirmando que esta especie se ha criado para luchar en los cosos.

En lo escrito anteriormente, he utilizando los términos entender y comprender cuando he explicado mi postura con respecto a la forma de pensar de los que se consideran antitaurinos, no llegando a usar en ningún momento el vocablo respeto porque no concibo que se luche por la vida con tanto ahínco de los animales, cuando, la mayoría son los primeros que abanderan con premisas totalmente opuestas la aprobación y justificación de una ley a favor del aborto, donde se acaba de raíz con la existencia de un ser humano. Por lo tanto, echo en falta coherencia y sentido común en esta corriente de pensamiento que se ganará mi total respeto cuando critiquen una ley que permite que se interrumpa un embarazo con la muerte del feto.


  





No hay comentarios:

Publicar un comentario